El gobierno debe generar condiciones para que no surjan guerrillas: activistas

Josué Mota Corro

Los activistas Israel Sampedro y Eduardo Almeida coincidieron en que en Puebla están dadas las condiciones para que surjan grupos ligados a la guerrilla y ni el gobierno federal, ni el estatal hacen algo por impulsar las solución de los problemas a través de las vías pacíficas.

Entrevistados ayer por separado, los representantes del Comité Pro Liberación de los Hermanos Cerezo y Nodo de Derechos Humanos, respectivamente, dijeron desconocer si efectivamente hay presencias de grupos armados en la Sierra Norte, como se divulgó ayer en el diario econsulta , pero coincidieron en que esta posibilidad es latente.

Eduardo Almeida dijo que por las características propias del los grupos guerrilleros sería aventurado afirmar que hay grupos guerrilleros en cualquier zona de la entidad, pero reconoce que la situación de pobreza y marginación que se vive en Puebla pueden permitir el surgimiento de un grupo de estas características.

Cuestionado sobre la posibilidad de que se presente un ataque a las instalaciones de Pemex en Puebla por parte del Ejército Popular Revolucionario, aseguró que el estado es tan susceptible como cualquier otro del país, pues existe un descontento generalizado., además de que no existen elementos para considerar como una amenaza, las recientes explosiones en Puebla y Veracruz. Insistió en que, por ahora lo más importante, es propiciar las condiciones adecuada para que cualquier posibilidad de conflicto sea resuelto por las vías civiles.

Israel Sanpedro coincidió en el punto de que, lamentablemente, en la sierras Norte y Negra, hay condiciones extremas de pobreza que, en su caso podrían llevar, a algunas personas a considerar la vía armada como una respuesta a sus necesidades.

Manifestó que lejos de intentar adivinar si en estos momentos hay actividad guerrillera en Puebla, lo más importante es que el estado no se �militarice�, pues ya han evidenciado las malas consecuencias que eso conlleva, no sólo en las zonas rurales, sino también en las ciudades, pues se comienza a hostigar a las organizaciones civiles.