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Puebla > Cultura
jueves 30 de agosto de 2007

Hoy ser mujer y escritora es un privilegio; en el tiempo de Jane Austen era trágico”: Mastretta

Yadira Llaven

La poblana Ángeles Mastretta, escritora afamada por sus novelas con perspectiva de género, charló ampliamente con la comunidad estudiantil, docentes y público que se dio cita ayer en un abarrotado Auditorio Manuel Acévez de la Universidad Iberoamericana, donde la también periodista charló sobre “La escritura como placer” y su último libro, Maridos.


Ángeles Mastretta –al centro–, presentada por Ana Lidya Flores, adelantó que para el mes de septiembre adaptarán al cine su novela Arráncame la vida / Foto: Abraham Paredes

La plática se centró en su reciente obra, después de leer cinco de los cuentos que la forman, situación que comparó con el nacimiento de un hijo o un nieto, pues, “sucede a menudo que cuando terminas de escribir un libro le quieres platicar a todos de él, aunque no te pregunten”.
Con una dinámica que permitió la retroalimentación con el público ávido de saber pormenores del proceso creativo de la Premio Rómulo Gallegos, por su aclamada novela Mal de amores, Mastretta, de buenas y sonriente respondió a todo, “normalmente el 80 por ciento de las cosas que escribo son imaginadas; le temo al desamor; escribo cuando se va la gente; inicié mi carrera por suerte, y, sin duda, hay que tener una profesión para escribir, porque es mucho más difícil hablar por escrito”. Y siguió leyendo entre los intervalos de preguntas y respuestas, los cuentos cortos que forman Maridos.
“Siempre me preguntan: ¿dónde aprendiste a escribir?, y siempre contesto: en el Colegio María Luisa Pacheco –lo que provocó risas. Ahí aprendí a escribir, después todo lo aprendí leyendo y escribiendo asiduamente; así que los que no fueron a una buena primaria o fueron a una secundaria en la que solamente les enseñaron inglés y nunca español, métanse a un lugar donde aprendan eso que solamente en la primaria pueden enseñar”.
En ese sentido, aceptó que sus obras, contextualizadas en comunidades poblanas como Atlixco, “tienen mucho de biográfico”; al tiempo que reveló que es una persona inhibida, que en ocasiones escribe atormentada, muerta de la risa y “pensando en la señora Pilar –directora de la primaria”.
En el auditorio repleto principalmente de féminas, se le preguntó a la autora de Arráncame la vida, el primero de sus libros y con el que inicia una prolífica carrera, ¿porqué escribir y darle importancia a la perspectiva de una mujer?
–Creo que uno escribe como ser humano, y cuento historias desde la mujer, porque soy mujer, pero cuando escribo sobre hombres trato de saber quienes son y que les pasa por dentro; muchas veces construyo para mi placer hombres excepcionales, desde mis propios ojos, entonces yo creo que vamos acabar aceptando que si hay una literatura de género, aunque no necesariamente una literatura femenina, porque el béisbol femenil es de segunda, porque el fútbol femenino es de segunda, y entonces la literatura femenina la califican así y acabaría siendo de segunda.
“Ser mujer y ser escritora, en este tiempo, es un privilegio, en el tiempo de Jane Austen era trágico. Ahora los lectores son lectoras, y no precisamente de literatura de mujeres, sino de todo tipo”.
Recordó que recientemente fue a dar una conferencia a Argentina y se topó con un auditorio también lleno de mujeres, en donde él único hombre era el editorialista; y pensó: “que barbaridad… no puede ser… yo no estoy vendiendo un producto para mujeres, pero me comentaron que la semana pasada había estado José Saramago, y del mismo modo había puras mujeres, porque son ellas las que leen más, y esto se debe a que han empezado a tener poder económico y derecho sobre sus propias bibliotecas, que antes no tenían. Es lógico”.
Adelantó que para septiembre adaptarán al cine su novela Arráncame la vida, que será dirigida por Roberto Sneider, y al respecto opinó, “inicialmente la escribí para que todos la leyeran, con un tiraje de 2 mil ejemplares, como se hacía antes; sin embargo, fue un libro que vendió millones de copias, y ahora ya no es un libro mío, sino de la gente; y –aclaró– filmarla significa la versión del director, no la mía, que es la historia que han leído en el libro”.
En otra esquina del auditorio, una persona le preguntó que cuáles fueron las lecturas que marcaron sus inicios en la literatura, a lo que respondió: “Fui una lectora muy desordenada, no fui culta, ni lectora de niña, pero con el tiempo me hice lectora de costumbre. Leí con gran ilusión y mucho cuidado a Jane Austen, que es la fundadora de la novela inglesa –desmintiendo que este fuera Charles Dickens–, Henry James, todos los libros de Honoré de Balzac, de Benito Pérez Galdós, hasta aprender que nos gusta leer para que produzca placer”, pero también filosofía y política, de está última recomendó a Norberto Bobbio; no obstante aseguró que a muchos “el cine los puede llevar a la literatura”.