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Puebla > Estado
viernes 6 de julio de 2007

CUITLATLAN

La desmedida ambición de Humberto Aguilar

Fermín Alejandro García

La desmedida ambición política del director del DIF estatal, Humberto Aguilar Viveros, tiene a los priistas de Tepeaca confrontados y divididos, lo que está creando condiciones propicias para el tricolor sufra de una derrota estrepitosa en ese lugar. Ya que este personaje a pesar de ser un político desprestigiado, busca controlar todo, pues lo mismo domina la dirección local de su partido, que quiere apoderarse de la candidatura a diputado del distrito y la candidatura a alcalde del municipio.

Aguilar Viveros ya fue alcalde de Tepeaca en la década de los 90. Su gestión dejó un mal sabor de boca y su familia ha sido las que han acaparado los espacios políticos por muchos años. Ahora, aprovechando su puesto en el DIF –en donde lo han acusado de tener un deficiente manejo de gastos y una mala operación de programas asistenciales–, busca crear un cacicazgo en la zona. Pues así lo muestran estos datos:

El actual presidente del Comité Municipal del PRI, Mario Vega, es del grupo político de Aguilar Viveros, quien además aprovechando su puesto en el DIF se ha autopromovido y se convirtió en el principal aspirante a ser el candidato priista a diputado local por el distrito.

Y eso no es todo. Su sobrino, Juan Aguilar Viveros, con el auspicio de su tío, está luchando por ser el candidato a edil, lo cual es visto por los priistas de Tepeaca como un exceso y se ha convertido en una fuente de confrontación y división entre los militantes del PRI. Sobre todo porque este personaje no goza de la aprobación mayoritaria de los integrantes del tricolor, y pese a ello lo quieren imponer.

El PRI contrató a la empresa Mitofsky para que realizara una encuesta en el municipio, misma que se levantó el mes pasado. Se preguntó acerca de las preferencias de los 13 aspirantes priistas a ser candidato a edil. El primer lugar lo ocupó un prestigioso médico llamado Isauro Rendón, quien obtuvo una calificación de 14.5 puntos.

La puntuación alta de este galeno se entiende debido a que es un hombre que no pertenece a los grupos que siempre controlan los cargos políticos y no han logrado sacar a Tepeaca del atraso social. Además de que ha ganado adeptos por las jornadas médicas que ha realizado a favor de la población de bajos recursos.

Aunque el resultado más importante es que el 53 por ciento de los encuestados respondió que votaría por Rendón en la elección constitucional.

Otro dato positivo de este medico, es que dos de los 13 aspirantes declinaron por él. Uno de ellos es Julio López Huerta, quien salió en el segundo lugar de la encuesta con 14 puntos. El otro es Blas Viveros, quien tiene 10 puntos. Con estos resultados parecería que Rendón Vargas ya debería ser el candidato del PRI, pero no ha sido así por la presión de Humberto Aguilar y su sobrino.

Juan Aguilar, el pariente del director del DIF, obtuvo el tercer lugar de la encuesta, al tener 12 puntos de resultado. Pese a estar derrotado no aceptó el veredicto y argumentó que no lo podían descalificar debido a que su favor se sumaron otros cuatro aspirantes, cuyos índices de votación es de seis puntos, en un caso, y el resto tienen entre dos y tres puntos cada uno.

Como la familia Aguilar presionó, de manera poco entendible en el Partido Revolucionario Institucional estatal se decidió convocar a una segunda encuesta, que se levantará entre el 10 y el 17 de julio. Lejos de destrabar la falta de definición, ha generado la inconformidad de algunos priistas que han empezado ha amenazar que si queda como candidato Juan Aguilar mejor apoyarán al PAN.

Pues el comentario generalizado es para qué sirvió levantar una encuesta si al final no se respeta el resultado y parece que el PRI se guía por los chantajes de los caciques.

Aunque algunos creen que el PRI quiere perder en Tepeaca.

O que Humberto Aguilar quiere todo o nada, sin importar que eso lleve al desastre a su partido.

Alboroto por la invitación del secretario de Finanzas

Ayer se comentó en este espacio que para este día el secretario de Finanzas, Gerardo María Pérez Salazar, invitó a una reunión –que se hará en su domicilio particular– a los diputados locales del Partido Revolucionario Institucional. Esa convocatoria provocó suspicacias, malestar y aclaraciones.

Malestar porque resulta que no se invitó a todos los legisladores de la fracción del Partido Revolcuionario Institucional. Los excluidos ayer reaccionaron molestos por el desaire que les han hecho.

También porque a pocos se les informó el motivo del acto. Algunos creyeron que era para tratar asuntos oficiales y resulta que es para festejar el cumpleaños del funcionario.

Hay quienes todavía creen que la convivencia servirá para impulsar a alguien candidato a que sea el próximo auditor general del Órgano de Fiscalización Superior.

Al diputado Juan Antonio Martínez Martínez se le encargó recaudar cooperaciones para comprar el regalo del secretario. Varios de sus homólogos ayer comentaron: “Qué se le puede comprar a una persona que tiene de todo. ¿Un teléfono bañado en oro?”.

Por cierto, ayer le hablaron por teléfono al autor de esta columna de la Dirección de Comunicación Social de la Secretaría de Finanzas para aclararle que la reunión es para festejar el cumpleaños del titular de la dependencia. Que lastima que se usen recursos oficiales para hablar de algo tan trivial.

Ivonne Ortega en la Asemep

Mucha expectación ha cobrado que el próximo sábado en la reunión de la Asociación de ex Presidentes Municipales de Puebla (Asemep) estará presente Ivonne Ortega, la gobernadora electa de Yucatán.

Pues se considera que su presencia servirá para revitalizar al alicaído PRI de Puebla, ya que Ortega es el mejor ejemplo de tesón político, ya que como candidata priista inició su campaña electoral con 20 puntos abajo del Partido Acción Nacional y logró derrotar al albiazul. Por eso se ha convertido en un ejemplo de lo que se debe hacer en materia electoral.

Desde ahora se comenta que si el PRI realmente quiere ganar las elecciones, tendrá que fijarse en lo que hizo Ivonne Ortega.