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Puebla > Cultura
jueves 21 de junio de 2007

Con nueva imagen, Macondo cumple 20 años de ofrecer cine de arte en Puebla

Yadira Llaven

Después de cinco meses de cerrar sus puertas, tres mujeres confían y apuestan por enésima ocasión por la difusión del cine de arte en Puebla. Lili Casanova, junto a sus hijas Aleida y Tania Villanueva, crean la nueva imagen de Macondo, cine de arte, convirtiéndolo, sin perder su esencia, en el concepto Bleu note delicatessen et vin, “espacio –que a decir de sus autoras– es para el goce de todos los sentidos, conjurando el arte más sublime, el más elevado, universal y profundo, que es la música y el cine, en un solo lugar”.

“Tenderemos un puente entre la música y el arte testimoniomovimiento por excelencia, ‘la escultura en el tiempo’, como le llamara el maestro y poeta Tarkovski al cine”, comentó, en entrevista con La Jornada de Oriente, Lili y su hija Aleida.
Hace 20 años, Macondo, cine de arte comenzó construyendo sólo sueños basados en la pasión por el cine, sobre un camino al que calificó de “muy arduo y estéril”. En aquel tiempo, dijo, únicamente la Cinemateca Luis Buñuel de la Secretaría de Cultura de Puebla, y esta videoteca eran las opciones o referencias que ofrecían a la ciudad lo mejor de la cinematografía mundial, abarcando el cine clásico, contemporáneo, de culto, independiente, con los más grandes directores y autores de la historia.
A lo largo de su existencia, Macondo logró registrar una cartera de 17 mil socios, procedentes de todos los puntos geográficos del estado; siendo el único videoclub sobreviviente de la cadena Zafra –creada por el cineasta Jorge Sánchez–, de las cuatro videotecas que existieron en Xalapa, ciudad de México, Mérida y Cuernavaca. “Fuimos los únicos que seguimos con la misma línea de seleccionar rigurosamente el material”. 
Reconoció, que un par de años atrás, ya había trabajado la idea de que en un futuro no lejano propondría otro proyecto asociada al cine, “porque es muy difícil sobrevivir de esto, sobre todo con la entrada de la piratería”.
También rememoró el periplo que realizó Macondo, por las principales calles de Puebla, iniciando el proyecto en la privada Tamaulipas; “después en la 3 Sur, en la Avenida Reforma estuvimos con la Librería de Conaculta, luego en la 7 Poniente, en San Sebastián, en la 9 Oriente, donde nos robaron todo, todo; sin embargo, le seguimos, en la Reforma de nuevo, en la Casa Arrieta, en la 5 Poniente, y finalmente en la 4 Sur, por el barrio de los Sapos –donde habitaron por ocho años”.  
Dedicada a causas perdidas, como ella le llama, “porque del cine no se vive, sino se sobrevive”, sigue en la dinámica de proponer, pese a que ha sido censurada por las diversas instituciones culturales, a la cinematografía como una manera de sensibilizar, de darle sentido a la vida, ennoblecer al hombre, crear salidas que liberen de la opresión, los confrontamientos y los cuestionamientos en la búsqueda del conocimiento. “Las puertas han sido cerradas a Macondo, porque las instituciones siempre buscan la manera de lucrar con los proyectos más nobles, como fue el de proyectar filmes en las juntas auxiliares y comunidades marginadas”.  
–¿Qué tan difícil es para tres mujeres solas emprender nuevamente la aventura, con mayores gastos económico, pero con el mismo ímpetu de hace dos décadas? –se le preguntó.
–Eso es y ha sido muy difícil, en todos los sentidos, sin el afán de ser melodramática. Incluso en las esferas de la cultura, dirigido por hombres, nos han cerrado puertas, nos han negado, ni siquiera nos han contestado las cartas, donde hemos solicitado apoyo de difusión… ni siquiera nos han contestado para decirnos no, ni eso.
Entre la basta colección que ofrecen, de entre más de mil 500 títulos, están las dos películas de Costa Gravas; The agony and the ecstasy, dirigida por Carol Reed; Zorba, de Michael Cacoyannis, del mismo escritor de La última tentación de Cristo; Death in Venice, dirigida por Luchino Visconti. “Esto para nosotras no es barato, como la película Nostalgia, de Andrei Tarkovski, que no la encuentras en cualquier lugar de México, y Calle 54, del español Fernando Trueba”.
Orgullosamente comentó, pese a lo anterior, que Macondo ha educado visualmente a muchas generaciones, ha formado públicos y a universitarios de carreras afines al cine; “vienen a buscar películas Casas de la Cultura, universidades, de otros municipios, y estudiantes que están realizando tesis de licenciatura o maestría…” 
Finalmente, reveló, “cuando hacemos un recuento con mis hijas, cuando no tenemos ni para comer, lo que nos consuela es lo que hemos logrado a través de Macondo, como ejemplo te pongo a Josué Hérmes, guionista de cine en México que se pagó, por medio de su trabajo, estudios en la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de Los Baños, de La Habana, Cuba; y que inició en el cine con nosotros, primero como cinéfilo, y después apoyándonos por las tardes con la distribución de los videos”.
Sobre el cierre de la videoteca, por cinco meses, explicó, “durante 20 años nosotros no tuvimos vacaciones, abríamos todos los días, incluso los domingo; y aprovechando que una de mis hijas vivía en Venezuela y otra en Los Ángeles, decidí tomarme unas semanas para visitar a mi familia en Tabasco”, lugar de donde es originaria.

Nueva imagen y ubicación
 
Gracias al gran esfuerzo, al amor por el arte cinematográfico y a los obstáculos que han sorteado estas tres mujeres, Macondo, cine de arte llega a dos décadas de fundación y festeja con un cambio de imagen combinando, en un mismo espacio, el cine, la música ypresentaciones artísticas.
“La finalidad es ofrecer un lugar para el deleite de los amantes de la buena música y el buen cine… queremos que sea un albergue del arte para el público de Puebla que tantos años nos ha acompañado disfrutando, añorando, soñando, viviendo el arte”.
“Oscilaremos –agregó– entre lo clásico y la vanguardia, ofreceremos ciclos y cursos de cine, proyecciones con presentaciones, renta y venta de películas, y la música abarcará desde el blues hasta la canción francesa, del jazz al fado, del son a la salsa o el reggae, del lounge al house, de la melancolía al erotismo, todo esto acompañado con bocadillos, cócteles, un buen vino o un cerveza”.
La inauguración es mañana viernes 22 de junio, a partir de las 20 horas, en la calle 4 Oriente 209, interior, Centro Histórico. Abrirá de martes a sábado, desde las 16 horas en adelante, “hasta donde la normatividad nos lo permita”.