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Puebla > Estado
viernes 8 de junio de 2007

Empresarios y gobierno nos han declarado la guerra: labriegos

San Diego Acapulco, Atlixco– Las grandes empresas y el gobierno mexicano, que ponen en marcha políticas contrarias a la realidad de los labriegos, tienen decretada una guerra contra nuestro modo de vida campesino, nuestra cultura indígena y nuestros maíces nativos con el afán de apropiarse de nuestros territorios, enfatizaron en esta junta auxiliar especialistas en materia agrícola y ejidatarios de los municipios de Atlixco y Tochimilco.

Convocados este jueves por la Confederación Nacional Campesina, los trabajadores del campo denunciaron que esa “guerra” busca someterlos al imperio del mercado, con reformas, leyes y programas que privatizan la tierra, el agua y los bosques. “Pero eso no es todo, dividen a nuestras comunidades y permiten el saqueo de nuestros recursos naturales y conocimientos”, sentenció Guadalupe Espinosa, uno de los oradores.

Para pensar cómo enfrentar y resistir las agresiones que viven, agregó, se reunieron nuevamente delegados, representantes, comuneros, ejidatarios e integrantes de organizaciones indígenas, campesinas y de la sociedad civil.

El Tratado de Libre Comercio de América del Norte es un ataque directo contra la economía de los agricultores mexicanos y le abrió la puerta al maíz transgénico que contaminó muchas regiones maiceras del país, alertaron.

Agustín Fuentes afirmó que el gobierno se empeñó en negar esta contaminación y con todo descaro elaboró una ley que le dictaron las empresas para inundar con sus cultivos transgénicos los campos, la Ley de Bioseguridad y Organismos Genéticamente Modificados, a la que irónicamente llamamos Ley Monsanto.

Admitió Fuentes que viene un ataque nuevo y más agresivo contra ese sector; “quieren abrir el campo de toda América Latina a la invasión transgénica para expandir la agricultura comercial de mucha producción y mucha devastación, promover los agrobiocombustibles para llenarle el tanque a los automóviles aunque esto signifique que las comunidades dejemos de comer y vivir del maíz y de otros muchos de nuestros cultivos”.

Con la nueva tecnología Terminator (semillas transgénicas que se vuelven estériles) buscan sembrar la muerte, impidiendo que guardemos nuestras semillas nativas para hacernos dependientes de las grandes industrias a las que les tendríamos que comprar semilla, explicó por su parte Esteban Ormenta, del Instituto Tecnológico de Izúcar de Matamoros.

Juan González, campesino de 70 años de Castillotla, dijo que en las comunidades están preocupados porque cada vez es más difícil entender las señales de la luna, las nubes y los ciclos del agua que nos permitían saber cuándo sembrar, como lo hacíamos antes con nuestros conocimientos tradicionales. “Las industrias energética, automotriz y agrícola, que son las culpables del calentamiento del planeta, quieren ahora que cultivemos agrobiocombustibles para ellos tener más ganancias a costa de nosotros”, completó Fuentes.

Para ellos, añadió Guadalupe Espinosa, el cambio climático es pretexto de discursos y excusa para justificar la ambición y amenazarnos nuevamente. “Las trasnacionales, apoyadas por el gobierno, dicen que la única manera de solucionar el cambio climático y la escasez de petróleo es sembrar transgénicos para producir agrobiocombustibles. Todas esas amenazas forman parte de un modelo más grande, el neoliberalismo, cuyo objetivo es saquear nuestros territorios y eliminarnos”.

Atacar al maíz significa atacar a las comunidades, reiteró. “El maíz es nuestra vida, no sólo porque nos alimenta, también porque nuestra vida es cuidarnos con la milpa mutuamente; es la base de nuestra alimentación y nuestras tradiciones. Los campesinos e indígenas que cultivamos el maíz le estorbamos al sistema, porque el que siembra comunitariamente se nutre con lo que cultiva, pero ellos quieren que no seamos autosuficientes en nuestra alimentación para volvernos dependientes de las empresas y sacarnos del campo”.

Los gobiernos vislumbran al territorio como oportunidad para hacer ganancias y buscan hacerlo producir lo más posible, admitió Agustín Fuentes. “Como quieren expulsarnos porque nuestros territorios tienen muchas riquezas, inventan reservas “ecológicas” y nos engañan diciendo que las van a cuidar cuando en realidad quieren aprovecharlo a escondidas. Nosotros somos quienes lo hemos cuidado desde siempre”. (Miguel Ángel Domínguez Ríos)