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Tlaxcala > Cultura
miércoles 23 de mayo de 2007

Descarta INAH daños serios a pirámide de Cacaxtla por derrumbe del techo metálico

Víctor Hugo Varela Loyola

Aunque faltan realizar estudios técnicos especializados, autoridades del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) descartaron que el derrumbe de una cuarta parte de la techumbre que cubre la zona arqueológica de Cacaxtla haya ocasionado daños serios a la estructura piramidal.


De acuerdo con reportes preeliminares, una cuarta parte de la techumbre que cubre Cacaxtla se derrumbó por la granizada del pasado lunes. Desde ayer la zona arqueológica permanece cerrada al público / Foto: Alejandro Ancona

En todo caso, refirieron que el costo de las posibles afectaciones será atendido por la aseguradora Suigh, que tiene un convenio con el INAH para la atención de siniestros del patrimonio cultural de la nación, por un monto de hasta 50 mil millones de pesos.
La tarde de este martes se esperaba el arribo a la zona del director general del INAH, Alfonso de María y Campos, a fin de que encabezara el recorrido de evaluación de los daños.
En tanto, el gobernador del estado, Héctor Ortiz Ortiz manifestó la disponibilidad de su administración para aportar los recursos que sean necesarios para aplicar las medidas que dictamine el INAH a fin de subsanar los daños.
Aproximadamente a las 16:30 horas del pasado lunes una granizada azotó la región del municipio de Natívitas, al sur de la entidad, donde se encuentra la zona arqueológica de Cacaxtla. Fue tal la cantidad de hielo que se acumuló, que provocó el derrumbe parcial de la techumbre en aproximadamente una cuarta parte de los 12 mil metros cuadrados que cubren la estructura piramidal.
La mañana de este martes personal del INAH hizo una primera evaluación para delimitar los eventuales daños, que consistieron en el colapso de unos 2 mil metros de la techumbre en su parte sur, algunas alteraciones de torción de estructuras y problemas en las armaduras en aproximadamente mil metros de la parte norte.
Pese a ello, el secretario administrativo del Instituto Nacional de Antropología e Historia, Luis Ignacio Sáinz Chávez aseguró que “no hay afectación alguna al patrimonio artístico que conserva Cacaxtla y sólo sufrieron daños dos muretes de adobe con incrustaciones de mampostería ubicados en el edificio F”.
La zona arqueológica de Cacaxtla fue descubierta en 1975, mientras que la techumbre fue colocada hace apenas 25 años para cumplir distintas funciones de preservación del patrimonio histórico, entre ellas de la acción devastadora de la erosión provocada por el viento, por los efectos calcinantes del sol sobre las pinturas murales y por los deslaves que ocurren con las lluvias torrenciales que eventualmente ocurren.
Sáinz Chávez refirió que el techo metálico de casi medio centímetro de grosor –cuya instalación costó entre 30 y 50 millones de dólares– fue diseñado para soportar una carga de 150 kilogramos por metro cuadrado, pero “se estima preliminarmente que ayer recibió un peso de más de 300 kilos por metro cuadrado, lo que impidió el trabajo adecuado de la estructura”.
En este sentido, el funcionario descartó que el declive de la techumbre se haya producido por haberse encontrado en mal estado, pues refirió que desde el año 2004 la estructura ha sido objeto de una intervención y mantenimiento directo y sistemático, acciones en las que se han invertido alrededor de 4 millones de pesos.
“Visualmente los daños parecen ser muy aparatosos, no estamos en condiciones de emitir un dictamen técnico sobre la estabilidad de la estructura, pero esta primera visita que hemos hecho nos demuestra que está trabajando bien, que está sólida, aunque debemos retirar lo más rápido posible el peso excedente de la techumbre, cambiando las láminas tanto de los faldones como del techo mismo”, explicó.
El directivo del INAH apuntó que será con base en los resultados que arroje la evaluación de los estructuralistas y los peritos de la aseguradora que se elaborará un programa mínimo de acción; en tanto, advirtió que la zona permanecerá cerrada al público para evitar posibles accidentes y para hacer las valoraciones técnicas a detalle.
“Son trabajos que llevarán semanas, pues no son fáciles, pero tenemos que trabajar de manera colegiada y con el asesoramiento de los técnicos, ya que se trata de una decisión académica no burocrática para ver cuáles son las mejores soluciones: si se conserva el techo, si se refuerza la estructura o se sustituye con algún otro tipo de cobertura o de protección”, apuntó.
Subrayó que la compañía aseguradora con la cual el INAH tiene convenio para la atención de desastres, es una de las más importantes del mundo y la póliza contempla todas las hipótesis de afectación del patrimonio.
“Es una póliza que ampara daños hasta por 50 mil millones de pesos y no cuenta con deducible. No es el caso de que esta situación pudiera afectar las arcas públicas”, abundó.
Además, aseguró que gracias a que los medios de comunicación dieron a conocer con prontitud la noticia “muchas instituciones, públicas y privadas ya están ofreciendo su concurso.
“Hemos tenido contacto con el Fondo Nacional de Fomento al Turismo, que está preocupado por esta situación, por lo que representa como detonador de actividades productivas en la entidad y ya tenemos su compromiso de participación en el área de servicios e ingeniería”, dijo.
También la empresa ICA hizo una oferta para consultarlos en su área de estructura y “en ambos casos el ofrecimiento es de manera gratuita”.