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Puebla > Cultura
viernes 4 de mayo de 2007

VÍA ALTERNA

Venden “drogas virtuales” por internet; usan técnicas auditivas para estimular al cerebro

Juan Pablo Ramos Monzón

“La tecnología avanza a pasos agigantados”. Cuántas veces no hemos escuchado esa frase, y creo que durante mucho tiempo la seguiremos oyendo mientras existan inventos que parezcan sacados de un libro de ciencia ficción futurista, como “las drogas virtuales”. ¿Será posible drogarse por internet? Si ya es posible realizar negocios, ciudades virtuales... ¿cuál sería la limitación para crear estados de ánimo a través de una computadora? Visto de esta forma tal vez suene muy sencillo, pero este concepto traspasa el límite de un simple estado anímico.

La firma de programas para computadora I-Doser ha sacado a la venta una serie de estimuladores cerebrales que funcionan a través de sonidos bianaurales. La empresa afirma que con estos sonidos se pueden alcanzar estados emocionales similares a los que provoca la marihuana, el peyote, el opio y la cocaína, además de otros sintéticos, como “polvo de ángel” u otras más comunes, como el café.

Los sonidos bianaurales son una técnica de audio que comenzó ha desarrollarse en el siglo XVII por Heinrich Wilhelm Dove. Más tarde, en los años 50, el ingeniero en sonido Robert Monroe profundizó en el tema, pero esta vez enfocándose a la conciencia. Como resultado de sus averiguaciones, desarrolló la técnica Hemi Sync (o sincronización de los hemisferios), a través de pequeñas diferencias auditivas aplicadas a cada uno de los oídos.

Si bien los logros de Monroe y el instituto que lleva su nombre, y que actualmente sigue promoviendo esta técnica, se enfocan a estados de ánimo que ayudan a conciliar el sueño, la meditación y la introspección, I-Doser lleva este principio a otros niveles.

Sabiendo que los sonidos pueden ocasionar reacciones específicas en el cerebro, I-Doser creó sonidos que provocan únicamente reacciones similares a las de las drogas antes mencionadas.

¿Un toque virtual?

Hay dos formas para obtener los paquetes de sonidos binaurales por medio de la página de internet del I-Doser (www.idoser. com). Una es comprando los discos compactos y la otra es descargando los audios en formato mp3; los precios oscilan entre los 180 y los 200 pesos.

Aún no se sabe si los efectos son tan fuertes como los que una droga puede ocasionar. Además, se ha abierto un debate sobre la adicción que podrían ocasionar.

Si se elige el formato mp3, se tendrá que instalar un programa (éste es gratis) para poder escuchar tus “dosis”, pues al momento de bajarlas a la computadora se convierten en un formato creado por el I-Doser: el .drg, que toma su nombre de la abreviatura de drug (droga).

En el “reproductor de drogas” existe una herramienta que te permite escribir tus experiencias con cada una de las dosis que hayas reproducido; así se puede tener un “archivo de vivencias”. También tiene una “ventana” en la que se describe la duración y el efecto de la dosis que se va a reproducir.

En algunos foros de internet ya se han dado a la tarea de compartir las experiencias con el I-Doser, y aunque la mayoría acepta que no es lo mismo que consumir una droga física, también confirman que las alteraciones son reales y que no han sufrido de efectos secundarios, como son los dolores de cabeza o el típico “bajón” o la cruda.