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Puebla > Salud
jueves 3 de mayo de 2007

ESTÉTICA Y SALUD

Embarazo y alimentación

Rafael H. Pagán Santini


Durante el primer trimestre de embarazo el nivel de alimentación debe permanecer relativamente igual en una persona con un estado nutricional adecuado. En los otros dos trimestres el cambio en la dieta debe ser cualitativo y no cuantitativo, además de que las frutas y los vegetales deben ser consumidos en abundancia

Podríamos cerrar los ojos y ver el embarazo como un periodo de excepción donde todo se vale. Pero la realidad es que este periodo extraordinario requiere de cuidados especiales para tratar de evitar que los cambios que se van a sufrir no vayan en detrimento de la mujer embarazada. La alimentación y los suplementos alimenticios juegan un papel fundamental durante el periodo de gestación.

Las advertencias sobre obesidad son algo a lo que hay que poner mucha atención. Cada día hay más personas con sobrepeso u obesidad en nuestro país. El exceso de grasa en el cuerpo frecuentemente provoca alteraciones en el estado de salud. Si añadimos que el embarazo constituye una de las etapas de mayor vulnerabilidad nutricional en la vida de la mujer, estaremos de acuerdo en que la alternativa es la de que “hay que ocuparse de sí mismos”.

Los consejos nutricionales han variado con el tiempo. Desde el “comer por dos” hasta las restricciones alimenticias que llevaban a una dieta hipocalórica. El desafió consiste en poder llevar una alimentación saludable junto con una actividad física de acuerdo al tiempo de gestación y evitar las sustancias tóxicas como el cigarrillo, drogas o alcohol durante todo el embarazo.

No hay necesidad de hacer un esfuerzo especial por comer más durante el embarazo. Durante el primer trimestre el nivel de alimentación debe permanecer relativamente igual en una persona con un estado nutricional adecuado. En los otros dos trimestres el cambio en la dieta debe ser cualitativo y no cuantitativo. De requerir un aumento en el consumo de calorías este será mínimo, a menos que exista una condición de salud que indique lo contrario. El consejo de “comer por dos” traerá un aumento innecesario de peso.

Tradicionalmente la mayor preocupación ha estado dirigida a evitar los eventos asociados a la deficiencia nutricional, pero cada vez más la evidencia señala que hay que reducir los actos asociados al exceso, incluyendo la retención de peso después del parto. Ambas situaciones son en extremo delicadas y requieren de asistencia profesional. En el caso de sobrepeso, la gestación no es momento ideal para comenzar un régimen de adelgazamiento. Hasta el momento no hay evidencia que permita asegurar que existe algún beneficio, para la madre o para el bebe, en una dieta baja en calorías durante el embarazo. Al contrario, la reducción en el consumo de alimentos puede traer consigo la ingesta insuficiente de nutrientes esenciales, hechos que pueden traer consecuencias devastadoras tanto para la madre como para el bebe.

La evidencia actual concerniente a la relación entre dieta y salud enfatiza el control del sobrepeso a través del ejercicio diario y en el exceso del consumo total de calorías. Una buena alimentación debe consistir en consumir grasas saludables (aceites vegetales líquidos tales como el de oliva, canola, maíz, girasol) y carbohidratos saludables (alimentos hechos con granos integrales tales como pan integral, avena, arroz integral).

Si tanto las grasas como los carbohidratos en su dieta son saludables, usted probablemente no tendrá que preocuparse por que porcentaje de cada uno de ellos viene en el total de calorías que va a consumir. Las frutas y los vegetales siempre deben de ser consumidos en abundancia. Los ácidos grasos de tipo omega-3 son fundamentales en una buena alimentación. Durante el embarazo éste deberá provenir principalmente de semillas de linaza y de vegetales.

Se recomienda el consumo moderado de proteínas provenientes de fuentes saludables (nueces, leguminosas, pescado, aves y huevo), pero el consumo de lácteos debe ser limitado a uno o dos servicios por día. El consumo de proteínas es necesario durante el embarazo, pero es recomendado minimizar la ingesta de carnes rojas, mantequilla, granos refinados (incluyendo el pan blanco, arroz blanco, y pasta blanca), papa y la azúcar. Las grasas transsaturadas nunca deben de ser consumidas, ya que no tiene lugar en una dieta saludable.

Actualmente hay una fuerte advertencia con respecto al consumo de pescado durante el embarazo debido a las altas concentraciones de mercurio en el mar y ríos de pesca. La evidencia disponible señala que en casos donde se ha tenido una exposición muy alta al mercurio (10-30 ppm, parte por millón, de mercurio metilado) durante el periodo de gestación han ocurrido anormalidades en el desarrollo neurológico del feto. La recomendación para las mujeres embarazadas, madres que están amamantando y a infantes es la de no comer tiburón, pez espada, “Golden bass” o caballa del rey (cada uno contiene más de 50 _ de mercurio metilado por servicio), no comer más de 12 onzas por semana (promedio de dos comidas) de cualquier variedad baja en mercurio o crustáceos, incluyendo hasta seis onzas de atún albacora (contiene 30 _g de mercurio metilado por servicio); además recomienda informarse sobre los peces de agua dulce de su localidad.

Si desea más información sobre este texto puede escribir al correo electrónico:

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“Una de cada 3 mujeres sufrirá una fractura relacionada con la osteoporosis”: ortopedista

(Yadira Llaven)

El traumatólogo y ortopedista del Hospital Micel de la ciudad de México José Gustavo Legorreta Cuevas, advirtió que la simple ingesta de calcio no mejora la situación de la osteoporosis en una persona, pues, “tomar sólo calcio y vitamina D por automedicación no mejora la calidad del hueso; es decir, no sirve en pocas palabras; esto sólo se logrará si se asocia con un bisfosfonato”.

Lo anterior fue dado a conocer en el simposium “Manejo práctico de la osteoporosis”, dentro de la XXIV Jornada Nacional de Ortopedia realizada el pasado fin de semana en el Centro de Convenciones.

Miembro de la Sociedad Mexicana de Ortopedia como del Consejo Mexicano de Ortopedia, Legorreta explicó que la osteoporosis es una condición crónica común caracterizada por una baja masa ósea y un deterioro estructural del tejido óseo, que repercute en la fragilidad de los huesos con una susceptibilidad incrementada a la fractura.

A menudo la osteoporosis es llamada la “enfermedad silenciosa”, ya que la pérdida ósea puede estar ocurriendo sin que se presenten síntomas y, con frecuencia, sólo es diagnosticada como resultado de algún evento relacionado con una fractura.

“Este padecimiento se diagnostica principalmente en mujeres mayores de 45 años, y está asociada a los cambios hormonales y la menopausia. Para descubrir este padecimiento se necesita de una revisión médica y de un estudio llamado densitometría ósea, la cual mide que tanto hueso tenemos a nivel de la columna vertebral y de la cadera, y se establece un valor si es normal, si tiene una osteopenia o si ya padece osteoporosis”.

Como factores de riesgo mencionó: estatura menor de 1.57 metros, tener un bajo peso de acuerdo con la edad, haber sufrido fracturas previas, fumar, tomar café en exceso; “lo cual aumenta y acelera el proceso de la osteoporosis en la mujer”.

De acuerdo con estudios sobre el tema, se estima que en su vida una de cada tres mujeres sufrirá una fractura relacionada con la osteoporosis. Estas fracturas derivan en un aumento en la incapacidad y en la mortalidad; es decir, en promedio el 24 por ciento de las pacientes con una fisura de cadera muere en menos de un año a partir de haberlo sufrido.

Legorreta Cuevas expuso que el manejo de la osteoporosis es uno de los mayores retos que enfrentan hoy en día los médicos, sobre todo en la baja persistencia que tiene un paciente para consumir el medicamento para frenar la enfermedad.

Sin duda dijo que estudios recientes resaltan que, tanto el cumplimiento como la constancia de los actuales tratamientos para la osteoporosis son subóptimos, y esa baja adherencia compromete el éxito terapéutico.

Un reporte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) identificó los factores de una dosificación compleja, de la duración del tratamiento, de la inmediatez de los efectos benéficos y de las reacciones secundarias, como influencia para determinar la extensión y duración de la adherencia terapéutica a cierto régimen de tratamiento.

En la actualidad, el especialista aseveró que los bisfosfonatos orales nitrogenados son el estándar para el tratamiento de la osteoporosis posmenopáusica. “Una gran cantidad de estudios clínicos han demostrado la eficacia de los bisfosfonatos orales para producir sustanciales incrementos en la Densidad Mineral Ósea (DMO) y decrementos en los marcadores bioquímicos de la resorción ósea.

“Para un sostenido beneficio se requiere un tratamiento a largo plazo como de un año; sin embargo, una marcada evidencia indica que, en la realidad, la adherencia a los actuales tratamientos para la osteoporosis, incluyendo los bisfosfonatos orales de dosificación diaria y semanal, se encuentra en un estado subóptimo.

“Recientemente se ha observado una mayor mejora con el régimen semanal con bisfosfonato oral que con el tratamiento diario, pues, extender el intervalo de dosificación más allá del semanal puede brindar beneficios adicionales que se presentaran en el periodo posmenopáusico”.

Por último, recomendó a mujeres entre los 30 y 50 años, realizar actividades físicascardiovasculares y libres de gravedad como la natación, el ciclismo o simplemente caminar o trotar por 30 minutos.