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Puebla > Estado
jueves 12 de abril de 2007

No habrá en el país un tsunami en 2008 con la apertura del TLC a granos básicos: Cárdenas


Mario Marín y Alberto Cárdenas, titular de Sagarpa, quien admitió el incumplimiento de algunos planes dentro del Tratado de Libre Comercio que servirían para contrarrestar los rezagos y la pobreza de los labriegos mexicanos / Foto: Rafael García Otero

Este martes la Sagarpa convocó a académicos, comisariados ejidales, presidentes municipales, burócratas y agricultores de la entidad poblana a discutir problemas y proponer alternativas en el marco del Foro de Consulta Nacional “Políticas públicas para el sector agropecuario y pesquero 2006-2012”.

Minutos antes de la clausura del acto, Cárdenas Jiménez ofreció una rueda de prensa, acompañado de Mario Marín Torres, en donde admitió el incumplimiento de algunos planes dentro del TLC que servirían para contrarrestar los rezagos y la pobreza de los labriegos mexicanos.

–Primero, sobre el asunto del Plan Puebla Panamá, un amplio sector de campesinos y de organizaciones sociales ya manifestaron su preocupación por el tipo de acuerdos a tomar sin el consenso de esos grupos; la pregunta concreta es: ¿qué propondrá el gobierno federal dentro de esa estrategia en el apartado agropecuario? –interrogó este reportero

–El tema no tiene hasta el momento los avances deseados, y el eje agrícola quedó en stand by; sin embargo, mantenemos contacto con los países asociados. El lunes anterior entablamos diálogo con representantes de Guatemala para tratar las cuestiones sanitarias y fitosanitarias; es decir, hay una agenda en cada nación relacionada con el campo que seguimos desarrollando todos los días.

Afirmó que el actual gobierno, y en especial esa secretaría, aun no toca el asunto con todos los ministros para conocer la dimensión e importancia del capítulo agrario. Será en el mes de junio, señaló, cuando se lleve a cabo una reunión en Guatemala con el objetivo de llegar a pactos concretos.

–En ese mismo sentido, ¿cuál es la problemática encontrada a menos de un año de la entrada en vigor de productos básicos sin tarifas por el TLC?

–Los sectores agropecuarios no están haciendo la tarea para enfrentar eso apenas en 2007, y a unos cuantos meses de liberarse la frontera. Eso ocurre desde el inicio del tratado, aunque ciertamente despacio y no como debe ser. Los grupos vienen equipándose y modernizándose.

Hace 13 años, cuando inició el TLC, informó el responsable de la Sagarpa, había 3 mil millones de dólares de exportación en mercancías agropecuarias y agroindustriales, y hoy son casi 14 mil millones. Aseguró que para entonces la nación contaba con apenas 6 mil exportadores, y a la fecha suman 40 mil. “Los números sí están movidos, y seguimos a la alza en distintas variables. Aunque con respecto a los campesinos, varias tareas siguen pendientes”, asumió.

Explicó que no existieron presupuestos adecuados desde el inicio del TLC entre los países para buscar esquemas de compensación en las regiones más pobres y expulsoras de mano de obra. Y de igual manera, sostuvo que tampoco aparecieron planes focalizados en áreas de alta marginación para evitar el fenómeno de migración.

Uno de los lados positivos con el TLC, abundó el ex gobernador panista de Jalisco, es que existían mil 100 fracciones arancelarias y hoy mantienen una cifra cero; además quedan las cuatro más duras, indicó: maíz, frijol, leche y azúcar. “Por eso el presidente Felipe Calderón ordenó elaborar un plan con esas mercancías, y de hecho ya inició con 18 mil millones de pesos a fin de ofrecer un tirón importante en la productividad”, contestó durante la serie de preguntas y respuestas.

El reto, de cara a una apertura nueva de las fronteras agrícolas el año próximo, apuntó el secretario de la Sagarpa, es consolidar la unidad, la organización, el enfoque de la productividad y el aprovechamiento de los nichos de mercado. Aseguró que “hacía allá estamos apuntados; es más, yo no creo que tengamos un sismo de ocho o nueve grados porque entre el TLC en el país en 2008. La ola grande, el capitulo rudo, el tsunami a través del tiempo, ya pasó”.

Señaló que en el caso del maíz, por ejemplo, había pronósticos de “inundaciones” de esa mercancía provenientes de Estados Unidos, y no ocurrirá así, porque los agricultores cosecharán más y mejor “y pronto evitaremos, con las tecnologías, la importación de casi 10 millones de toneladas anuales”; de frijol traemos entre 25 y 30 mil toneladas cada año, y no es el gran problema debido a que nosotros producimos 3 millones de toneladas, aseguró.

A pesar de esto, insistió el funcionario federal, algo preocupante ocurre con el consumo de este grano, el frijol y la tortilla en México. “Es muy claro que bajaron los indicadores. Si antes comíamos 10 tortillas por día, como sucedió tres años atrás, en el arranque de 2007 el promedio es de siete. Hay un cambio alimentario entre las familias analizado por la Sagarpa”, platicó.

En el caso del azúcar, agregó, seremos el único país en el mundo en tener arancel cero para meterla a Estados Unidos. En el tema de la leche, dijo, las variables internacionales están moviéndose duramente por el mercado global, y es un caso más complejo, pero está garantizado el abasto.

En síntesis, manifestó Alberto Cárdenas, sólo en una situación inesperada y que por el momento no es posible vislumbrarla, llegaría el caos en el sector agropecuario. “Salvo que aparezca un golpe fuerte en el clima que sacuda a todo el mundo, pero la revolución que traemos es la productividad” (sic), asestó.

Caso Puebla

De acuerdo con las cifras difundidas por los organizadores del foro, participó un total de mil 206 personas, y entre las necesidades manifestadas por los campesinos consultados en las siete mesas de trabajo destacan, a grandes rasgos, la capacitación a personal técnico especializado para poder fortalecer los programas–producto y a los campesinos para ser receptivos de los adelantos tecnológicos; la creación de un sistema de innovación técnica para asegurar negocios productivos, y unificar criterios en los esquemas de financiamiento de acuerdo con el estrato social del solicitante porque hasta el momento representan costos elevados.

Además, el sector requiere de manejo integral del subsuelo y el agua, optimizar la infraestructura hidrológica para asegurar el abasto suficiente de líquido, tecnificar el riego, fomentar la cultura de captación de las lluvias, mejorar genéticamente las diferentes especies pecuarias, modificar la ley nacional de agua en cuanto al orden de prelación de uso acuícola, planear programas desde el nivel familiar, pasando por la comunidad y los municipios, así como unificar criterios y normativas que coordinen esos esfuerzos.

A nombre de los cientos de labriegos reunidos en el centro vacacional de esta junta auxiliar de Atlixco, Armando Guzmán Herrera, líder de la Central Campesina Cardenista (CCC), afirmó que los gobiernos de los últimos tres sexenios establecieron una política alimentaria en México basada en la importación de más del 40 por ciento de productos básicos, como el maíz, el frijol y la leche; esto, refirió el ex diputado local, es consecuencia de una línea económica llamada neoliberalismo fundada en la dependencia de las grandes empresas trasnacionales y de los grandes productores del campo beneficiados ampliamente del Tratado de Libre Comercio, firmado desde la época de Carlos Salinas y vigente hasta la fecha.

Habló también de la necesidad de revisar esos mecanismos “desventajosos”, y para eso fueron invitados, “para expresar nuestro punto de vista sobre las cosas ocurridas en este sector. El TLC para la mayoría de los campesinos, tal como denuncian los compañeros labriegos en todo el país, no ayudó en nada y, por el contrario, terminó por empobrecerlos. Y sin duda representa uno de los graves riesgos para la estabilidad de la nación, porque es un asunto de seguridad nacional”.

Adelantó que un problema más está por llegar en 2008 con más apertura de las fronteras, y por eso las organizaciones campesinas de la República Mexicana solicitan a Felipe Calderón y a los miembros del Congreso de la Unión revisar algunas cláusulas del TLC. “Somos testigos de las consecuencias sobre el maíz y en nuestro alimento diario de subsistencia, como es la tortilla: los precios quedaron disparados hasta las nubes en virtud de la serie de especulaciones de parte de los acaparadores”. Los campesinos, finalizó, requieren de presupuestos fuertes, de un plan emergente para generar alimentos básicos y, sobre todo, sacar del TLC el frijol y el maíz.

Alberto Cárdenas Jiménez y Mario Marín Torres firmaron el llamado Convenio de Colaboración para el Apoyo del Campo Poblano, que representa la transferencia de mil 535 millones de pesos para 2007, de los cuales 530 millones son del programa Alianza para el Campo, 582 del Procampo, 82 millones para agricultura, 45 millones para ganadería, 282 millones para desarrollo rural y 14 para el ramo de la pesca. (Miguel Ángel Domínguez)