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Puebla > Ecología
lunes 26 de marzo de 2007

Denuncian vecinos de Joaquín Colombres que empresas los están envenenando

Javier Puga Martínez

Alexa tiene cuatro años. Su corta edad no le permite explicar por completo por qué tiene permanentemente los ojos enrojecidos y la garganta irritada. Medio escondida detrás de su abuela, apunta con el índice y señala el origen de su padecimiento: “Es por la barranca”, alcanza a decir. Ella, junto a sus familiares y 30 vecinos más de la colonia Joaquín Colombres, denuncian la imparable contaminación ambiental que se padece en la zona. El reportero toma nota y manifiesta su preocupación por los niños. “Sí, pero los viejos también queremos vivir, y esas empresas nos están envenenando”.


Los habitantes manifestaron que, junto con la refresquera Pepsi Cola, 20 empresas más tiran sus aguas residuales indiscriminadamente y están causando estragos en la salud de la población n Foto: José Castañares

Como Alexa, son más de mil 800 los perjudicados por las emanaciones de la barranca Tlaloxtoc, quienes día con día padecen afecciones en garganta, nariz y ojos.

“La embotelladora Pepsi Cola y 20 empresas más de los parques industriales Resurrección y Puebla 2000, entre ellas Alumex, Pintumex y Sabormex, tiran indiscriminadamente aguas residuales a dicha barranca, contaminando el arroyo del mismo nombre y que es afluente del río Alseseca”, denuncian los vecinos.

De todas ellas, es precisamente la embotelladora la principal contaminadora, acusaron los vecinos. La Jornada de Oriente recorrió un tramo de 200 metros de la ribera de dicho río a la altura del parque industrial 2000, entre la Universidad Tecnológica y el libramiento a Tehuacán, y ahí fueron contabilizados 20 drenajes clandestinos, algunos de ellos perfectamente ocultos, en los que permanentemente son vertidos contaminantes.

Ismael Lechuga, Mario Ortiz y Pedro Campos, presidente, vicepresidente y asesor de la Asociación de Colonos de Joaquín Colombres, respectivamente, respaldados por los vecinos, dijeron que la Comisión Nacional del Agua (Conagua) no ha hecho caso a su petición de exigir a las empresas que detengan el desastre ecológico de la barranca Tlaloxtoc, pues de continuar así, anunciaron que en 15 días más taparán los drenajes de dichas empresas, y se dijeron dispuestos a enfrentarse con los empresarios y con las autoridades federales, que, de antemano, les advirtieron a los colonos que enfrentarán juicios penales “por invasión de la propiedad privada”.

“Dichas empresas están cometiendo delitos en contra del medio ambiente; la contaminación aquí es gravísima, y nosotros somos los que la estamos padeciendo en nuestros cuerpos. Pero la Conagua y el gobierno del estado también son responsables de los mismos delitos por omisión, porque su deber es vigilar y hacer cumplir las leyes ambientales”, señaló Ismael Lechuga.

Los vecinos registraron en una bitácora los días y las horas donde se perciben con más intensidad los olores provenientes de la barranca. La contaminación aumentó, dijeron, a partir del 7 de marzo pasado, de las 14 a las 23 horas en intervalos de dos o tres horas; las empresas tiran sus desechos al arroyo causando olores nauseabundos y picantes.

Las descargas ya están haciendo mella en su cuerpo y en su salud, y dijeron tener pruebas médicas para comprobarlo. Como el caso de una señora de 40 años de edad, quien tiene un padecimiento en los pulmones. Análisis clínicos y radiografías demostraron que su padecimiento es producto de la contaminación, y así se lo hizo saber el médico que la atiende.

La mujer ya está pensando en cambiarse de domicilio a otra zona de la ciudad, lejos de la barranca. Ella se sumaría a las decenas de familias que abandonaron Joaquín Colombres para dejar de respirar los aires tóxicos del lugar. Un par de familias más, que llegaron a vivir al lugar por lo barato que resulta rentar un departamento o casa, ahora se arrepienten, toda vez que descubrieron por qué resulta económico vivir en dicha colonia.

Los vecinos relataron que recientemente Protección Civil del municipio hizo una inspección en esa demarcación y “descubrió” que la zona es de “alto riesgo” por los contaminantes que ahí se respiran. Molestos, replicaron a Ramón Balderas, titular de la dependencia municipal, que si el lugar estaba en esas condiciones es por culpa de los industriales, no de ellos. Incluso dijeron que intentaron amarrar a uno de los brigadistas de Protección Civil a un palo en la barranca para que aguantara los olores, como a diario lo tienen que hacer ellos.

“Pero cuando vieron que era en serio que los íbamos a amarrar se echaron a correr y no volvieron a venir; aunque estaban con sus tapabocas, no aguantaron el olor y mejor se fueron. ¿Cómo pude ser zona de riesgo si esta colonia tiene 80 años de existencia? Las empresas son las que nos están matando. Ellas son las verdaderas zonas de riesgo”, dijo Pedro Campos.

Arroyo multicolor

La dirigencia de colonos mostró a este medio un expediente de oficios fechados desde 2002, algunos hechos llegar al entonces presidente Vicente Fox, a medios televisivos nacionales –como Televisión Azteca, sus noticiarios y el programa A quien corresponda– al gobierno del estado, a la Comuna de Puebla y a los propios industriales, “y ninguno nos hizo caso, ni pudo resolver el problema”.

Tras haber pedido ayuda a Fox Quesada se derivó la construcción de una planta tratadora de agua sobre el camino a La Resurrección, a un costado de la preparatoria Alfonso Calderón de la UAP. La planta, que a la postre resultó ser inversión del empresario de origen libanés Kamel Nacif Borge, mejor conocido como el rey de la mezclilla, actualmente luce abandonada y sin función alguna.

A mediados del año pasado, el Sistema Operador de Agua Potable y Alcantarillado de Puebla (SOAPAP) entubó el drenaje de una parte del parque industrial Puebla 2000; la tubería pasa en medio de la colonia Joaquín Colombres, y aunque dejaron de percibirse algunos olores, “eso no resuelve el asunto de fondo, porque finalmente van a tirar los desperdicios a la misma barranca metros más adelante. Y si el problema ya no es para nosotros, sí lo será para otras colonias mientras el agua se sigue contaminando”, señaló Mario Ortiz.

“También solicitamos la intervención a la delegación de la Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente (Profepa), y es la fecha en que los seguimos esperando”, apuntó Campos, quien refirió que cuando la Conagua ha realizado inspecciones a las empresas de los parques industriales referidos, éstas dejan de verter sus descargas a la barranca Tlaloxtoc, pues ponen en aviso a los empresarios sobre los días en que harán visitas de inspección anticontaminante pues, según les dijo el personal de la Conagua, la ley no les permite hacer visitas sorpresa.

Dijo que en 2006 personal del SOAPAP tomó muestras de las aguas negras que son derramadas al arroyo para saber con exactitud qué se está tirando en ese cuerpo de agua, y “aunque aseguraron que no era su competencia, lo hicieron para tener información”. Los resultados nunca llegaron; mientras, el arroyo Tlaloxtoc cambia de color cada día de la semana: el lunes es verde; martes, rojo; miércoles, gris; jueves, negro, y el viernes está morado.

Algunas mujeres urgieron a que “instituciones neutrales”, como la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Puebla, se interesen en su caso y realicen una investigación sobre el impacto que tienen los contaminantes en la salud de los vecinos de Colombres, y así demostrar a las autoridades estatales y federales que ellos tienen razón al señalar a las empresas.

Mientras, los vecinos se preparan para lo que será su lucha contra los industriales; “les vamos a ir a tapar con cemento sus drenajes. Sabemos que generan empleos, pero son sus negocios, y como tal deberían anticipar cómo desaparecer sus desechos. Ni nosotros ni el medio ambiente tenemos que pagar por eso. Se los vamos a tapar, y ellos se van a quedar con sus porquerías, a ver qué hacen con ellas”