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Puebla > Política
jueves 22 de marzo de 2007

TENDAJÓN MIXTO

No hay más camino que la unidad

Jaime Ornelas Delgado

La necesaria unidad.

La situación actual del país y de Puebla, donde la derecha se ha apoderado de los aparatos económicos, políticos e ideológicos, exigen a las fuerzas democráticas opuestas al proyecto neoliberal, iniciar de inmediato un proceso unitario que les permita retomar la iniciativa política y lograr la movilización ciudadana en torno al proyecto alternativo de nación.

El proceso electoral de este año en Puebla, además de emprenderse para ganar el mayor número de votos posible, debe permitir construir ciudadanía; es decir, debe promover que los ciudadanos se apropien de sus derechos y los ejerzan cabalmente no sólo para ser mejores ciudadanos, sino para convertirse en los agentes del cambio social que requiere el país.

No hay justificación que valga, ni pretexto válido: las elecciones deben ser un proceso que logre unir al movimiento social ciudadano con el movimiento político, los dos pilares del gobierno legítimo que encabeza Andrés Manuel López Obrador.

A la infamia. la burla

La declaración de Felipe Calderón respecto a la indígena que murió después de una violación tumultuaria cometida por militares, debe entenderse como un mensaje de impunidad para quien es, en estos momentos, el principal aliado de un presidente que no logra la legitimidad necesaria para gobernar, ni despierta confianza en la ciudadanía respecto a su capacidad para conducir al país por donde los ciudadanos demandan, convencidos de que el neoliberalismo no es opción. Pero una vez recibido el mensaje, resulta inadmisible que, además, cuando dice Calderón que la anciana falleció “de una gastritis crónica no atendida”, pretenda burlarse y agredir nuestra inteligencia.

La hora de los hornos en América Latina

La gira latinoamericana de George Bush concluyó sin resultados que le permitan a su gobierno recuperar la iniciativa política perdida en los últimos años. Salvo el acuerdo con Brasil para desarrollar la producción de etanol, con miras a disminuir la dependencia estadunidense del petróleo venezolano, el resto de la gira sirvió para reafirmar el creciente antiimperialismo latinoamericano.

Esta infausta gira muestra que en América Latina la hegemonía norteamericana ha empezado a declinar, y tal vez sea para siempre, pues nuestros pueblos han alcanzado un nivel de consciencia tal, que ahora difícilmente se les puede vender la idea de que la integración subordinada a Estados Unidos puede traer algún bienestar a nuestros pueblos.

América Latina está en busca de un camino alternativo al ofrecido por Estados Unidos, un camino largo y difícil, como todos los que conducen a la dignidad y la libertad, pues las fuerzas que sostienen la dependencia y la subordinación son poderosas y hacen todo lo posible para evitar cualquier cambio o hacer que cambie lo que deba cambiar para que todo siga igual.

En América Latina nadie se engaña, ni proclama que el camino de la liberación está allanado; por el contrario, se sabe que el camino es angosto, sinuoso y peligroso pero no intransitable. América Latina, con la gira de Bush, ha reforzado su identidad y ha echado a andar y, como dijera Fidel, como siempre con razón: “Su paso de gigante no se detendrá jamás hasta la victoria final”.

Cuando el dogma se impone a la inteligencia

Es difícil encontrar algo más irracional que el neoliberalismo, cuyo sustento es el libre mercado. Por ejemplo, el gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz, tras reconocer que los bancos han tenido utilidades muy altas en los últimos tiempos debido a las elevadas comisiones cobradas a sus clientes, dijo que no era conveniente fijar topes a esos cobros porque eran producto de la competencia, del libre juego de las fuerzas del mercado, y agregó algo todavía más absurdo, dijo haber pedido a los banqueros “autorregularse por su propio bien”. Por supuesto, los banqueros ni caso le hicieron.

De esta manera, el Banco de México y las autoridades dejan a los usuarios en manos de una banca voraz donde el margen financiero (la diferencia entre lo que paga a los ahorradores y lo que se cobra a quienes tienen un crédito), es el doble que en Estados Unidos y el triple de Inglaterra.

En realidad, y a diferencia de lo que opina Ortiz, la regulación de las comisiones bancarias no sólo es recomendable, sino urgente porque la expoliación sufrida por los clientes de la banca extranjera en México está adquiriendo proporciones desproporcionadas.

Incongruencias de los charros

Los charros de la UAP, primero, firman el contrato colectivo donde se modifica, en perjuicio de los trabajadores que dicen representar, el régimen de pensiones y jubilaciones y un mes después del golpe hacen un encuentro para convencerlos de las bondades de su traición.