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Puebla > Cultura
jueves 22 de febrero de 2007

ESTÉTICA Y SALUD


La piel y la edad

Rafael H. Pagán Santini

Suave, tersa, vital; estos adjetivos describen el órgano más grande, más fino, más bello y uno de los más importantes del cuerpo: la piel. Forma una separación autorreparadora y protectora entre el medio interno del cuerpo y el mundo exterior, muchas veces hostil. La piel es un sistema que regula la temperatura corporal, percibe los estímulos de dolor y del placer, no permite que determinadas sustancias entren en el organismo y representa una barrera protectora frente a los efectos del sol.

Aunque pretendamos ser indiferentes ante el proceso de envejecimiento, todos estamos concientes de los llamativos cambios que cada persona experimenta en la piel desde que nace y durante los años de la madurez. La piel de los lactantes es relativamente lisa y sin arrugas, caracterizándose por la elasticidad y flexibilidad propias de la extrema juventud. En la pubertad, las hormonas estimulan el desarrollo y evolución de las glándulas sebáceas y sudoríparas. La evolución de la piel durante la pubertad se hace evidente. Desde el nacimiento se va a desarrollando la capacidad de la piel para actuar como barrera protectora. Esta protección comienza con el correcto funcionamiento de una fina película de material emulsionado que se extiende sobre su superficie.

Como muchos otros procesos vitales, el envejecimiento comienza cuando se ha alcanzado el clímax de una función vital, aunque sus consecuencias no se puedan observar hasta años posteriores. Un ejemplo de esto son los atletas: la mayoría de ellos va perdiendo su rendimiento máximo después de los 30 años de edad. De igual forma ocurre con la piel: ésta va perdiendo su elasticidad y flexibilidad a mediados de los 20 años de edad. Por lo general, estos cambios no se perciben sino hasta dos décadas después.

Las investigaciones más recientes han demostrado que, de hecho, existen dos tipos de envejecimiento. Uno causado por el proceso normal de envejecimiento, el cual podemos relacionar con los factores genéticos, y que se denomina envejecimiento intrínseco (interno) y otro extrínseco o externo, donde los factores ambientales como la exposición a los rayos del sol es el causante principal. Normalmente estos dos procesos se superponen uno sobre otro amplificando el proceso de envejecimiento propiciando enfermedades como el cáncer de piel.

El proceso intrínseco de envejecimiento es un continuo que normalmente comienza a mediados de los 20 años de edad. A medida que las personas envejecen, el estrato subcutáneo pierde grasa, las dos capas que conforman la piel (epidermis y dermis) se vuelven más delgadas, las fibras elásticas de la dermis se fragmentan perdiendo su elasticidad, la producción de colágeno disminuye, tendiendo entonces la piel a arrugarse.

El envejecimiento extrínseco normalmente se refiere a lo que se denomina “foto–envejecimiento” (photoaging), y es causado por la exposición repetida a la luz ultravioleta (UV) de los rayos del sol. Aunque existen otros factores que aceleran el envejecimiento de la piel, como fumar, la gravedad y las enfermedades de la piel, los rayos solares son la causa principal del envejecimiento prematuro. Mientras que el envejecimiento natural trasforma la piel en suave, pálida y con arrugas finas, el foto–envejecimiento de la piel se presenta con arrugas toscas, una piel curtida, asociadas con despigmentación y con la dilatación de los vasos capilares, dando la apariencia de telarañas.

Los rayos solares alteran la colágena, el principal componente estructural de la piel. Los descubrimientos más recientes señalan que la degradación de la colágena no tan sólo es parte del proceso natural de envejecimiento, sino que es estimulada y acelerada por los rayos del sol. La luz UV impide la síntesis de nueva colágena mientras la va degradando y desdoblando. El proceso de foto–envejecimiento ocurre en un periodo de muchos años. Con las exposiciones repetidas al sol, la piel pierde su capacidad de autorreparación, y los daños se acumulan en ella.

Contra el envejecimiento prematuro de la piel lo mejor es la prevención. Proteger su piel de los rayos solares es la mejor prevención Utilice un bloqueador solar con un factor de protección mayor de 15. Si usted trabaja o hace deporte o simplemente le gusta recrearse bajo los rayos del sol recuerde que los bloqueadores solares deben aplicarse por lo menos 20 minutos antes de salir al sol. Recientemente se publicaron datos sobre los beneficios del aceite omega –3 sobre la piel, no como un bloqueador solar, sino como un agente anti–envejecimiento.

El aceite omega–3, utilizado principalmente para mantener flexible la pared arterial y para ayudar a impedir la formación de trombos en la sangre, parece que al ser aplicado tópicamente actúa como un agente anti–envejecimiento de la piel. Según el doctor Hyeon Ho Kim y colaboradores, uno de los aceites identificado como omega–3, el ácido eicosatetraenoico (EPA), inhibe la acción de los rayos ultravioleta sobre la colágena de la piel. Además, en la investigación que llevaron a cabo encontraron que el EPA estimula la formación de pro–colágena y de proteínas que participan en la elasticidad de la piel(Journal of Lipid Research, vol. 47, 2006). Si esto se confirma, además de comer pescado usaremos su aceite para rejuvenecer nuestra piel.

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Instructor: el yoga estimula la fertilidad y disminuye los efectos de la menopausia

Yadira Llaven

La filosofía del yoga ayuda a canalizar la energía positiva, beneficia la salud porque abre los chacras (puntos de flujo de energía en nuestro cuerpo) y permite eliminar “los aspectos negativos de la vida”, comentó el instructor Germán Farías, integrante de la “Gran Fraternidad Universal” (GFU) en Puebla.

Como ejercicio –explicó– posee muchas características benéficas, como gran flexibilidad, control de respiración, ayuda a la postura y es muy relajante. Varios estudios han demostrado que la práctica de yoga es benéfica para las mujeres, pues mejora la fertilidad e inhibe efectos de la menopausia.

Además, mejora el tono muscular, aumenta la concentración, fortalece los huesos, la circulación, las glándulas endocrínas, estimula el sistema inmunológico, favorece el funcionamiento de los órganos sexuales y ayuda a balancear las emociones, por lo que aclaró que el yoga “es un sistema de vida, una conducta, no una moda”.

Proviene de la India

La palabra yoga quiere decir “unir” o “reunir” en sánscrito. El yoga viene de la India, y sus orígenes vienen desde una época remota de la civilización indo–europea, unos 500 años antes de Jesús.

Según Farias, la palabra yoga significa “integración del individuo con el todo”, aunque algunos antropólogos opinan que el yoga más antiguo no era religioso ni místico.

Igualmente, comprende muchas ramas que contribuyen al completo desarrollo de diferentes facetas: física, psico–física, mental y espiritual. También puede ayudar a encontrar el equilibrio y bienestar; y la unidad del cuerpo y alma. “Esto puede ir desde una simple relajación hasta la búsqueda espiritual o la meditación”, comentó.

Farías añadió que tanto creyentes como ateos pueden practicar el yoga sin necesidad de imponerse principios en desacuerdo con sus convicciones religiosas.

En el plan psíquico, detalló, el yoga puede eliminar los diferentes aspectos negativos de la vida moderna, como el sedentarismo, el abuso de alimentos malsanos, los tóxicos o drogas, y los bloqueos generados por el estrés.

“Gracias al yoga nos encontramos con un espíritu relajado, calmado y sereno que nos permite resolver los problemas con un punto de vista mas positivo”.

Explicó que el yoga necesita de un aprendizaje por medio de personal calificado y con experiencia, pero es principalmente un método particular basado en la libertad y la capacidad individual.

“El practicante toma en mano su progreso día a día para conseguir una verdadera autonomía”.

Los principios del yoga son: yama (prohibiciones), ahimsa (no violencia, sensibilidad hacia otros seres), satya (veracidad, no mentir, asteya (no robar), brahmacharia (celibato), aparigraha (no apegarse al hogar, etcétera), niyama (preceptos), aucha (limpieza física y mental), samtosha (completa satisfacción), tapas (consumirse por el calor), iswara pranidhana (ofrecerse al controlador).

Como cualquier ejercicio, finalmente, recomendó consultarlo con el medico especialmente si tiene alguna condición física especial o discapacidad.

El yoga es, pues, “el arte y la ciencia de la disciplina mental a través de la que se cultiva y madura la mente”. Y aclaró que “no es una ciencia en el sentido occidental de la palabra”.

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