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Puebla > Salud
viernes 2 de febrero de 2007

EPIDEMIO-LÓGICA

La tortilla

José Gabriel Ávila-Rivera

Cuando me han preguntado si es correcto y conveniente analizar cuestiones de tipo político y social sin ser un experto, inmediatamente digo que sí.

Esta respuesta no obedece a un conocimiento profundo de aspectos económicos o filosóficos, sino a que durante mi vida he convivido íntimamente con personas de todo tipo, abarcando gente que vive en pobreza extrema e individuos inmensamente ricos (sin que necesariamente estos últimos hayan sido precisamente cuantiosos). Afortunadamente, en la niñez y adolescencia, tuve la oportunidad de trabajar en el campo, en una época en la que sembrábamos “familiarmente” arando la tierra (con yunta y surcos que nos salían todos “chuecos”) y cosechando con guadaña y hoz (de la que orgullosamente conservo cicatrices en los dedos que solamente, quienes nos cortamos con este instrumento del campo, entendemos su simbolismo, encuadrando su similitud alegórica, del martillo con el obrero, unidos en la bandera soviética). Independientemente de que el trabajo era extraordinariamente pesado, lo más doloroso era siempre encontrar que las cosechas no valían y si bien, nunca nos desanimamos para trabajar con ahínco (pues la vida de campo es impresionantemente hermosa), cuando ofrecíamos el fruto de nuestro trabajo, apretábamos los dientes y cerrábamos los puños, sin comprender las causas y pormenores de “la oferta y la demanda”. Esto era en particular frecuente con el maíz, que siempre tenía un precio tan bajo que preferíamos utilizarlo para consumo propio. Ahí descubrimos muchas cosas, que ahora analizo con una mentalidad más estadística, que no requiere muchos conocimientos matemáticos.

Con un kilogramo de maíz se elaboran un poco menos de dos kilogramos de tortillas. Cada kilogramo de tortillas, manufacturadas en cualquier expendio, tiene de 30 a 32 “unidades” (nunca más de esta cifra). Hablando en pesos, tenemos que el precio del maíz está en promedio a 3.50 pesos y el kilogramo de tortilla a 8.50 o 9 pesos (en algunos lugares se vende hasta en 10 pesos). Entonces, en pesos, con 1.94 pesos de maíz se fabrica un kilogramo de tortilla que cuesta más de cutaro veces su valor, es decir, ¡más del 400 por ciento!

Muchas cosas pueden argumentarse para explicar este fenómeno de encarecimiento, pero lo cierto es que la gente más afectada es la que se alimenta de este producto básico, constituido por millones de mexicanos que cargan a sus espaldas la palabra pobreza. Pero quienes vivimos en medio urbano, ante este incremento descomunal e irracional, hemos aumentado la compra de pan, que desde el punto de vista nutricional brinda menos beneficios que el maíz en cualquiera de sus formas para consumo.

Felices deben estar los “panistas” con esta situación, pues ya la palabra en sí, promueve al partido político que ha arruinado al país. Bajo esta óptica, ¿no podríamos mejor formar un partido distinto, denominado tortilla?

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