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Puebla > Estado
miércoles 31 de enero de 2007

SIN LÍMITES

Puebla, secretarios de estado, enemistades con los alcaldes y los “inventos sexenales”

Raúl Torres Salmerón

Con afecto, para José Luis y Sebastián Martínez Fajardo, en estos momentos difíciles.

La historia es la mejor maestra y consejera, pero nunca se aprende: los secretarios de estado a nivel federal son posibles presidentes de la República; en Puebla, desde el gobierno de Alfredo Toxqui, uno de los alcaldes está siempre en desavenencia con el gobernador en turno y cada seis años siempre hay “inventos políticos”.

Los esfuerzos de cada gobernador por crear una clase política joven, fracasan en un elevado porcentaje.

Cuando un poblano llega a una secretaría de estado a nivel nacional, es sin duda, un honor, al que pocos han llegado. De Lázaro Cárdenas, en el inicio de los gobiernos sexenales, el puesto lo han ocupado 20 políticos, algunos repetidores.

Incluso, los presidentes de la República poblanos han sido sólo cinco del total de 65 del año 1821 a la fecha.

Ellos fueron Gustavo Díaz Ordaz, nacido en San Andrés Chalchicomula (1964-70); Manuel ávila Camacho, originario de Teziutlán (1940-1946); Martín Carrera Sabat, oriundo de Puebla (29 días de 1855); Ignacio Comonfort, nacido en Amozoc (1855-1857) y Juan Nepomuceno Méndez, nativo de Tetela de Ocampo (1876-1877).

A continuación, los poblanos distinguidos desde la época del general Lázaro Cárdenas a la fecha.

Sólo 20 poblanos

En el gabinete de Felipe Calderón los que tienen raíces en la entidad son Josefina Vázquez Mota, secretaria de Educación Pública, cuyos padres son de origen poblano, y Javier Lozano Alarcón, Secretario del Trabajo y Previsión Social.

En el sexenio de Vicente Fox Quesada (2000-2006) figuró también Josefina Vázquez Mota como secretaria de Desarrollo Social y la sustituyó otra poblana, por adopción, Ana Teresa Aranda Orozco. Otro poblano fue Gerardo Clemente Ricardo Vega García, Secretario de la Defensa Nacional.

En el sexenio de Ernesto Zedillo Ponce de León (1994-2000), un poblano ocupó la Secretaría de la Defensa Nacional, el general Enrique Cervantes Aguirre.

De acuerdo con una recopilación de don Rodolfo Pacheco Pulido, acucioso cronista poblano, también han ocupado el cargo de secretario de Estado en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) Fernando Solana Morales, en Relaciones Exteriores; el general Antonio Riviello Bazán en la Defensa Nacional; Manuel Bartlett Díaz, en Educación Pública, y Guillermo Jiménez Morales, en Pesca.

Durante la presidencia de Miguel de la Madrid Hurtado (1982-1988) solamente figuró los seis años el secretario de Gobernación, Manuel Bartlett Díaz.

Cuando fue presidente de la República José López Portillo (1976-1982) nombró a Julio Rodolfo Moctezuma como secretario de Hacienda y Crédito Público y a Fernando Solana como secretario de Comercio.

En el sexenio de Luis Echeverría álvarez (1970-1976) los poblanos brillaron por su ausencia. Ninguno figuró esos seis años.

El presidente Gustavo Díaz Ordaz (de 1964 a 1970) designó como secretario de Salubridad y Asistencia al doctor y general Rafael Moreno Valle, abuelo del senador de la República panista, Rafael Moreno Valle Rosas.

Adolfo López Mateos (1958-1964) nombró al poblano Gustavo Díaz Ordaz como secretario de Gobernación.

El único poblano en el sexenio de Adolfo Ruiz Cortines (1952-1958) fue el general Rodolfo Sánchez Taboada, secretario de Marina, abuelo del ex senador de la República, Germán Sierra Sánchez.

En la presidencia de Miguel Alemán Valdez (1946-1952) ningún poblano fue integrado a su gabinete.

Los Ávila Camacho

El presidente y general Manuel ávila Camacho (1940-1946) designó a su hermano Maximino como secretario de Comunicaciones y Obras Públicas y como secretario de Educación Pública a Luis Sánchez Pontón, tío del periodista Manuel Sánchez Pontón.

Fueron secretarios de estado en el régimen de Lázaro Cárdenas del Río (1934-1940) el general Manuel ávila Camacho, quien ocupó la cartera de Guerra y Marina que luego se transformó en Defensa Nacional y Leónides Andreu Almazán, originario de Guerrero, poblano por adopción, fue jefe del departamento de Salubridad y gobernador de Puebla.

Ellos han sido los poblanos políticos distinguidos. Unos fueron luego gobernadores y otros presidentes.

Enfrentamientos

De acuerdo con la historia reciente, un hecho relevante es que siempre alguno de los alcaldes de un trienio han vivido enemistados o tenido desavenencias con el gobernador en turno debido la imposición que se les hizo.

Los ejemplos son a partir del gobierno del doctor Alfredo Toxqui Fernández de Lara, reconocido por tirios y troyanos, de ser quien pacificó la Puebla violenta de los años 1960-1970, luego de tener seis gobernadores en 11 años: En 1964 eligen a Antonio Nava Castillo, lo sustituye Aaron Merino Fernández; eligen a Rafael Moreno Valle, lo sustituye Mario Mellado García, luego Gonzalo Bautista O’Farril y lo sustituye Guillermo Morales Blumenkron.

El doctor Toxqui (1975-1981) tuvo como alcaldes a don Eduardo Cué Merlo y a Miguel Quirós Pérez, con éste último tuvo desavenencias porque le fue impuesto por el entonces jefe del Estado Mayor presidencial, general Miguel Angel Godínez Bravo.

Guillermo Jiménez Morales (1981-1987) corrió con peor suerte. El dirigente nacional del PRI, Gustavo Carvajal Moreno, le impuso a Victoriano Alvarez García como presidente municipal y los desacuerdos estuvieron a la orden del día. El otro edil fue el profesor Jorge Murad Macluf, quizá el mejor alcalde de la Puebla moderna, y pese a ser su gran amigo, tuvo ciertas envidias por su popularidad.

Mariano Piña Olaya (1987-1993) tuvo que lidiar con la imposición como alcalde de Guillermo Pacheco Pulido –curiosamente por Manuel Bartlett, entonces secretario de Gobernación–, por ser el priista más aceptado y conocido. El otro presidente municipal con quien trabajó sin problemas fue Marco Antonio Rojas Flores.

Con Manuel Bartlett Díaz como gobernador (1993-1999) el primer alcalde fue Rafael Cañedo Benítez y una relación tersa. Con el segundo, el panista Gabriel Hinojosa Rivero, fueron memorables las discusiones y enfrentamientos, por la terquedad y postura del edil.

Melquiades Morales Flores (1999-2005) tuvo a Mario Marín Torres de alcalde, donde afloraron enconos y desavenencias, y con el panista Luis Paredes, fueron de escándalo los enfrentamientos y los acuerdos.

Mario Marín Torres (2005-2011) tiene como alcalde al priista Enrique Doger Guerrero. Los medios de comunicación han publicitado hasta el exceso sus desacuerdos y enfrentamientos entre el alcalde y funcionarios estatales. Como están las cosas ahora, sería increíble que si la elección a la alcaldía de Puebla, la gana un panista, podría haber mejores acuerdos políticos.

Inventos sexenales

También se registra otro fenómeno típico de cada administración estatal: los inventos sexenales. Estos son, presuntos políticos que solamente brillan en un sexenio y no dan para más. Es difícil crear una nueva clase política poblana, por su idiosincracia. Veamos a los poblanos no tan distinguidos al nivel de secretarios de estado.

Ya lo apuntó Edmundo Dantés, en Duelo de espadas de cambio: le dio el nombre “inventos políticos sexenales”.

Alfredo Toxqui fue el último gobernador que se preocupó por crear una clase política poblana. Una generación políticos que a la fecha o recientemente figuraron de manera importante, como Guillermo Pacheco Pulido, Marco Antonio Rojas Flores, Carlos Palafox Vázquez, Melquiades y Jesús Morales Flores, Miguel Quirós Pérez y otros.

Después de Toxqui empezó la necesidad de crear nuevas generaciones de políticos, pero Guillermo Jiménez Morales no pudo hacerlo. Nadie de esa época a la fecha ha brillado. Ello provocó la aparición de los “inventos políticos sexenales”.

Del grupo jimenista brillaron como nadie Raúl Castillo Ramírez y Gabriel Reyes Cardoso, pero hasta ahí.

Mariano Piña Olaya impulsó a Carlos Grajales Salas, radiodifusor, lo hizo diputado federal, senador de la República y ahí quedó. Piña presumía que hizo con Grajales lo que no pudo hacer su padre: que se levantara temprano, que trabajara y además lo hizo licenciado. Otro invento fue el asesor Alberto Jiménez Morales.

Manuel Bartlett Díaz impulsó a una nueva generación de políticos que no cuajaron: Ignacio Mier Velasco, Bernardo Díaz Solís, Julio César Bouchot, Eduardo Vázquez Valdez, entre otros.

De los que siguen en la escena política. Jorge Estefan Chidiac ha destacado como diputado federal, subsecretario federal, delegado del IMSS, titular de Sedesol estatal y ahora nuevamente diputado al frente de la Comisión de Hacienda. Un poco menos, pero han hecho su lucha, José Luis Flores Hernández y Luis Antonio Godina Herera.

Melquiades Morales Flores tuvo dos “inventos sexenales”. Uno, su proyectado delfín, Rafael Moreno Valle Rosas, a quien hizo secretario de Finanzas y diputado federal. Un Frankestein que apoyo a Mario Marín a cambio de la presidencia del Congreso local, pero al no ser candidato a senador abandonó al PRI, y apoyado por Elba Esther Gordillo y el PAN, llegó a esa posición. Tiene como obsesión llegar a ser gobernador como sea, fuera de reglas y lealtades.

El otro fue Víctor Manuel Giorgana Jiménez, quien se desempeñó como secretario particular y presidente de la Gran Comisión del Congreso del estado. Ahora dirige el Organismo de Carreteras.

El gobierno actual

El actual gobierno parece proyectar varios “inventos sexenales”. Figura primero, el secretario de Gobernación, Javier López Zavala.

Otro es Valentín Meneses, quien en sólo dos años ha sido director de Comunicación Social, Director del DIF estatal y ahora dirigente estatal del PRI.

Uno más, es Mario Montero Serrano, quien en la elección federal parece haber terminado su carrera política. Fue dirigente del PRI y candidato perdedor al Senado de la República.

A cuatro años de terminarse este sexenio son los “inventos políticos sexenales” que se vislumbran. ¿Llegarán más allá del sexenio? Sólo el tiempo lo dirá.

Una cosa curiosa, el ecuatoriano Mikel Agirrebiria Agirre ha escrito una prosa titulada “Al Sepelio por el sexenio” y lo describe así:

La vida es por sexenios: Estudias durante tres sexenios: infantil de seis años, primaria de seis a 12 años y secundaria de 12 a 18 años, hasta la mayoría de edad.

Si eres universitario, te instruyes un sexenio, de los 18 a los 24 años; trabajas luego seis o siete sexenios, equivalentes a 12 o 14 trienios, hasta los 60 o 66 años.

Como jubilado vives durante otros tres sexenios, y si eres mujer, un sexenio extra.

Total: 13 sexenios para caballeros y 14 para las damas. Visto así parece muy poco.

¿Cuántos sexenios has vivido ya y cuántos te quedan?

En fin, como escribió Eugenio Montejo (Venezuela, 1938) en su poesía “Al fin de todo”:

Y al fin de todo, si algún fin existe,
no quedarán palabras, son inventos
del hombre iluso que inventó la tierra;

ni tierra alguna, que
fue invento del cosmos
tras expandirse los
cúmulos del magma;

ni el vasto cosmos que
inventó la nada
al trasmutarse en efímera materia;

ni la nada tampoco que
fue invento de Dios,
ni el mismo Dios que es
invento del tiempo...

No quedará nada de
nadie ni de nada
sino el tiempo tras sí
mismo dando vueltas;

el tiempo solo, invento de un invento,
que fue inventado también
por otro invento,
que fue inventado también
por otro invento,

que fue...

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