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Puebla > Economía
lunes 29 de enero de 2007

Cetemistas toman las calles; piden aumento salarial del 10%

Ernesto Aroche Aguilar

Tuvieron que transcurrir más de 10 años para que la Confederación de Trabajadores de México (CTM) volviera a salir a las calles. El sábado, un contingente de cerca de 5 mil obreros y campesinos tomó las calles de la capital poblana, a pesar de los desaires y el poco interés de la dirigencia estatal de Partido Revolucionario Institucional (PRI) para protestar y manifestarse en contra de la escalada de precios que vive el país, y de cuya autoría responsabilizaron a los gobiernos panistas.

Y para contrarrestar la pérdida del poder adquisitivo que dejó como saldo el sexenio encabezado por Vicente Fox, el dirigente estatal de la central, Leobardo Soto Martínez, omitiendo cualquier imputación a gobiernos priistas, propuso un aumento de emergencia del 6 por ciento que, sumado al incremento del salario mínimo, permitiría a los trabajadores aspirar a un repunte salarial de dos dígitos.

El dirigente también expuso la exigencia de los 122 sindicatos que agrupa el organismo de destituir al actual presidente de la Junta Local de Conciliación y Arbitraje (JLCA), Jorge Ramos Lobato, por los atropellos que han sufrido en las últimas revisiones contractuales.

18 cuadras

Fueron más de 5 mil los trabajadores, entre obreros, campesinos, taxistas, constructores y permisionarios de todo el estado que respondieron a la convocatoria de la CTM, organismo sindical que, por estatutos, se asume como priista, y que a pesar de eso también fue “despreciado” por la dirigencia estatal de su partido.

Durante las cerca de dos horas que duró la movilización, que en su momento más álgido cubrió cerca de 17 calles en línea recta con manifestantes a pie y una larga fila de taxis y camiones de gran tonelaje, sólo el presidente municipal de ese instituto, Humberto Vázquez Arroyo, hizo acto de presencia.

Una asistencia, al parecer, no del todo grata, pues Soto Martínez aseguró que no había sido convocado. Fuera de él, ni Valentín Meneses, presidente estatal del PRI, ni Roberto Marín, el recién nombrado secretario de Organización del tricolor y cuyos guardaespaldas fueron acusados el pasado viernes de golpear a un reportero, ni ningún otro funcionario de la estructura que dirige ese organismo político fue visto en las calles.

Fue, dijo Soto, una marcha y una manifestación de los trabajadores, de la CTM, no del PRI. Y ahí estuvieron los cetemistas, los viejos y los no tanto. Los dirigentes históricos, como el tercer secretario general de la Federación de Trabajadores de Puebla, Adolfo García Camacho, y los obreros y campesinos de Huauchinango, Xicotepec, Tezuitlán, Tehuacán, Oriental Grajales y Puebla.

También los empleados del volante, que dirige Pedro Díaz García, en su calidad de representante del Consejo Taxista; el líder estatal del Congreso del Trabajo, Asunción Jaramillo, y el líder del Grupo Emancipación, Jesús Sebastián Beristáin.

En cambio, quienes no sólo no participaron, ni siquiera estuvieron ahí para recibirlos, fueron los legisladores. Pericles Olivares, presidente de la Gran Comisión del Congreso del estado, “nos despreció; prefirió su evento (sic) antes que atender a la clase trabajadora; eso nos dijeron los conserjes que nos recibieron”, afirmó Soto, cosa que no sucedió en la delegación federal en Puebla de la Secretaría de Economía. Ahí, su titular, Miguel Ángel Mantilla, fuera del horario de trabajo esperaba la llegada de la marcha que arribó pasadas las 11 horas, y en respuesta al pliego petitorio que le fue presentando por la organización sindical, quien ofreció reunirse con ellos “en un plazo no mayor a 15 días” para crear estrategias para detonar la denuncia ciudadana contra acaparadores.

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