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Puebla > Economía
viernes 26 de enero de 2007

Antes de fijar un precio a la tortilla el gobierno debió considerar a los consumidores: Colotla

(Josué Mota Corro)

Catedráticos de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP), del Colegio de Posgraduados, campus Puebla y el líder de la Unión Campesina Emiliano Zapata Vive (UCEZ), Concepción Colotla, realizaron ayer un foro para analizar las razones y consecuencias del alza en el precio de la tortilla. Aseveraron que en la República Mexicana hay suficiente maíz para la población, pero que el libre mercado y los acaparadores son los culpables del súbito aumento.


Académicos y Concepción Colotla, líder de la Unión Campesina Emiliano Zapata Vive, durante el foro realizado en la Facultad de Economía para analizar las razones y consecuencias del alza en el precio de la tortilla / Foto: José Castañares

El encuentro tuvo lugar en la Facultad de Economía de la UAP. El primero en tomar la palabra fue el investigador del Colegio de Posgraduados Javier Ramírez Juárez, quien afirmó que es una paradoja que el precio de la tortilla haya aumentado justo cuando la cosecha anterior tuvo una “cifra récord”: cerca de 22 millones de toneladas de maíz.

El aumento en la cosecha respecto a 1980 fue de 10 millones de toneladas, lo que significa un gran crecimiento en la producción si se considera que el número de hectáreas en las que se siembra no ha variado desde 1985. En promedio, el año pasado cada hectárea produjo 10 toneladas, según dijo.

Ramírez Juárez dijo que este aumento en la producción del maíz se debe básicamente a que los terrenos de siembra cambiaron de sistemas de temporal a sistemas de riego, y precisó que los principales productores de maíz están en el norte del país, destacando, entre estos estados, Sinaloa.

Expresó que uno de los factores que provocó el aumento en el precio de la tortilla es que el precio del maíz mexicano está sujeto a los mercados internacionales, provocando que cualquier cambio en la economía de países como Estados Unidos o Canadá modifique los precios de manera inesperada.

Todo esto como consecuencia de la firma del Tratado de Libre Comercio (TLC), que entró en vigor en 1994, según explicó el catedrático. Otro factor determinante en el alza del precio –dijo– fue el acaparamiento de maíz por parte de algunos empresarios.

Aseguró que este acaparamiento fue previsto por el gobierno federal algunos meses antes de que terminara el sexenio de Vicente Fox Quesada, “y no se hizo nada por solucionarlo”.

Finalmente, Ramírez Juárez aclaró que se necesita de un cambio en la política del gobierno de Felipe Calderón Hinojosa, ya que en materia de apoyos a la producción agrícola México pasa por una mala situación, y ejemplificó: “Durante el periodo de 1999 a 2002 el gobierno mexicano destinó en apoyos al campo 58 dólares por hectárea en promedio, mientras que los países que integran la Unión Europea destinaron 724 dólares por hectárea, y muy por encima de éstos está Japón, quien destina 10 mil 269 dólares por hectárea”.

El profesor universitario Adrián Jiménez Gómez coincidió con Ramírez Juárez en este punto: “Si el gobierno en un momento creó el rescate bancario (Fobaproa) para ayudar a los bancos, que fue algo contra lo que muchos estuvimos en contra, por qué ahora no puede invertir en subsidios para los productores de maíz”.

Jiménez Gómez afirmó que el gobierno federal no puede controlar los precios en este momento de manera directa, ya que desde 1990 comenzó a liberar los precios de los productos de la canasta básica, dejándolos susceptibles a las fuerzas del libre mercado.

Recordó que en los años 80, cuando se creó la Compañía Nacional de Subsistencias Populares (Conasupo) había un mejor control sobre el precio de los alimentos, por lo que consideró que todos estos conflictos se deben más decisiones políticas que a modificaciones en la economía. Pues “existen los procedimientos legales para que quienes tienen acaparado el maíz sean castigados por especular con artículos de primera necesidad”.

Además, el profesor universitario dijo que si se considera el crecimiento inflacionario y el aumento en el precio de los productos de la canasta básica, los mexicanos deberían tener también un aumento en el salario del 8 por ciento.

Por su parte, el líder de la UCEZ, Concepción Colotla Gonzaga, expresó: “Ese Felipe Calderón está haciendo arreglos con los supuestos representantes de las tortillerías, pero nunca le preguntan a la gente qué piensa con el precio que le fijaron; dos kilos de tortilla te cuestan 17 pesos, y eso es mucho para las familias que no tienen un salario fijo”.

Concepción Colotla, productor de tortillas en la zona de San Pablo Actipan, dijo que ha recibido invitaciones de otros tortilleros para que de manera unánime suban el precio de la tortilla, pero aseguró que se rechazó la propuesta porque no puede permitir “que se juegue con algo que es importante para todos los mexicanos”.

“Aquí el gobierno y los empresarios están mintiendo, porque el gobierno puede obligar a esos de Maseca a que suelten todo el maíz que tienen guardado en sus bodegas; en realidad hay mucho maíz; los que venden tortilla también mienten porque ellos dicen que un kilo les cuesta 3.50 (pesos), pero nunca les dicen que de un kilo de maíz sale un kilo y medio de tortilla”.

Añadió que para fijar un precio en la tortilla el gobierno que encabeza Calderón debe comenzar por considerar “a quienes comen tortilla, no a quienes venden”.

Posteriormente fue el turno de Susana Rappo, investigadora universitaria y subdirectora de esta casa editorial, quien apuntó que México es el primer productor de maíz blanco, por lo que representa una paradoja que el país esté enfrentando esta situación, pero “el problema radica en que nuestro precio nacional se rige por el precio internacional”.

Dijo que la especulación en el precio del maíz es responsabilidad de las grandes comercializadoras del grano, las cuales fueron señaladas como promotores financieros de la campaña electoral del actual presidente de la República, Felipe Calderón, por lo que es no se puede esperar que haya una sanción gubernamental a los dueños de las mismas.

Si bien se han signado pactos y acuerdos, los mismos no se han respetado, y el gobierno actual tiene pocos instrumentos para actuar en el corto plazo, justamente porque durante más de una década las autoridades han apoyado la liberalización plena de la producción agropecuaria y alimentaria.

Resaltó que en el siguiente año se liberará por completo la importación de maíz, frijol y leche al país, según el TLCAN, aunque en la actualidad se ha dado una liberación adelantada, sin saber el tipo de grano que se va a importar y que es importante poner atención en el tipo de maíz que se va a consumir, porque muchos productores del norte del país ya han mostrado su disposición para sembrar transgénicos.

Apuntó que muchas organizaciones sociales ya mostraron su rechazo a este tipo de alimentos porque no se sabe a ciencia cierta los efectos que pueden tener en la salud

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