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Puebla > Cultura
jueves 25 de enero de 2007

HASTA ADENTRO

Efervescencia

Marko Castillo

En Puebla, en los últimos tiempos, se siente una gran inquietud en la atmósfera del medio artístico local; es de suponer que esto se debe al desasosiego que produce las condiciones de trabajo en la que viven los artistas.
En el ámbito de la creación literaria, esta ansiedad se acrecentó desde la fundación de la Escuela de Escritores en Puebla, que bajo el auspicio de la Secretaría de Cultura, en convenio con la Sogem, funcionaba en sus instalaciones dentro del Instituto Cultural Poblano. Maestros destacados en las letras fueron los mentores de la primera generación.
A partir de ese momento los talleres de iniciación literaria jugaron un papel importante para profesionalizar la vocación de los futuros escritores. Maestros como Beatriz Meyer, Enrique Pimentel, Sebastián Gatti, Gabriela Inclán y Alejandro Meneses fueron los encargados por varios años de monitorear los talleres literarios de la escuela de la Sogem.
Desgraciadamente y de manera sorpresiva la escuela dejó de funcionar en la Secretaría de Cultura ante el asombro de los alumnos y dio paso a la fundación de la Casa del Escritor en donde también se imparten talleres a los interesados en la materia.
Como resultado de la última visita del dramaturgo Víctor Hugo Rascón Banda director general de la Sogem, a la ciudad de Puebla para dictar su conferencia El teatro en México, como parte de las actividades previas a los talleres que maestros de la Sogem impartirán en la ciudad de Puebla a partir del mes de febrero. Talleres que se dividirán en varios módulos; técnicas narrativas, cuento, novela y dramaturgia.
Este diplomado se logra gracias al esfuerzo conjunto del Instituto Municipal de Arte y Cultura, Secretaría de Cultura del Gobierno del Estado, la Universidad Autónoma de Puebla y Espacio 1900 dirigido por el maestro Manuel Reygadas. Un logro que, gracias al trabajo compartido beneficia a los interesados en el ejercicio de la escritura.
Pero hablamos de la efervescencia que se vive en el medio artístico poblano. En el gremio de los escritores, ésta no se debe a la apertura talleres, tiene su origen en la incansable labor de escritores locales que por medio de la enseñanza han sembrado entre los interesados y que desemboca en la necesidad de profesionalizar su oficio.
Algo similar pasa con todas las artes en la ciudad de Puebla. Los creadores están a la expectativa de lograr las mejores condiciones posibles para realizar su quehacer artístico.
Sabemos de antemano que se requiere un gran esfuerzo y una entrega total a la creación. Canalizar la rabia adormecida, la pasión oculta, la necesidad de comunicación. Despertar al genio creativo y darle una luz que lo guíe para que se transforme en nuestro propio faro.
El creador necesita estímulos, retos a vencer, arriesgarse en la delicada línea entre la razón y la locura en la que transita diariamente. Así, el pasmo de encontrarse frente a sí mismo en ese pequeño respiro que da el actor cuando entra al escenario, el pintor ante el lienzo, el bailarín ante el ritmo y el escritor ante la página en blanco, vale la pena si se transmuta en un producto cuyo fin es alcanzar el arte.
Por lo pronto, la realización de estos talleres literarios beneficia directamente a la comunidad teatral al integrar el módulo de dramaturgia. Esperamos, fervorosamente, la efervescencia de las letras dramáticas.
Creo que nuestras autoridades culturales deben hacer más esfuerzos conjuntos que beneficien directamente a la comunidad artística en general.
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