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Puebla > Economía
martes 23 de enero de 2007

Niega la STC que exista relación laboral de los “cerillos” con las tiendas de autoservicio

Ernesto Aroche Aguilar

El titular de la Secretaría del Trabajo y Competitividad (STC), José Antonio López Malo Capellini, negó que los aproximadamente mil 700 menores de edad que prestan sus servicios en las tiendas de autoservicio mantengan una relación laboral, justificando así el hecho de que éstos carezcan de salario fijo, prestaciones y seguridad social, a pesar de que abogados laborales aseguraron que en la práctica la subordinación sí existe.

De acuerdo con el encargado de las políticas laborales en el estado, son cerca de 2 mil 500 los menores que se ubican en la franja de los 14 a los 16 años quienes cuentan con una autorización expedida por la STC para trabajar; de éstos, mil 700 prestan sus servicios en la ciudad de Puebla, básicamente en las tiendas de autoservicio y grandes almacenes, y por el cual no reciben una remuneración por parte de esas empresas.

Y aunque los adolescentes, mejor conocidos como “cerillos”, deben cumplir con una normativa, horario de trabajo y atender órdenes del personal de esas empresas, López Malo negó reiteradamente que exista una relación laboral.

La propia Ley Federal del Trabajo en su artículo 21, especifica que la relación laboral existe en tanto “se entiende por relación de trabajo cualquiera que sea el acto que le dé origen, la prestación de un trabajo personal subordinado a una persona, mediante el pago de un salario”, donde si bien no existe un pago por el servicio proporcionado por la empresa, la propina que reciben los menores podría considerarse un salario, apuntó el abogado laboral Samuel Porras Rugeiro.

“Existe una vieja jurisprudencia de la Corte que establece que ese tipo de trabajos no guarda una relación laboral, un criterio perjucial sin duda para los jóvenes. Les niegan la condición de trabajadores, pero en los hechos sí se puede considerar subordinados a los cerillitos, en tanto que se ajustan a las normas y obedecen ordenes y perciben una remuneración en las propinas”, apuntó el penalista.

El problema, sostuvo, “no es ni siquiera estatal; se trata de una política de Estado que regala el trabajo de los menores a las tiendas, permitiéndoles un enorme ahorro en el pago de salarios”.

En tanto, la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en un documento titulado “Las reglas del juego. Una breve introducción a las normas internacionales del trabajo”, asegura que “el trabajo infantil es una violación a los derechos humanos fundamentales, habiéndose comprobado que entorpece el desarrollo de los niños, y que potencialmente les produce daños físicos y psicológicos para toda la vida”; además, de acuerdo con el mismo documento, “se ha demostrado que hay un fuerte vínculo entre la pobreza de los hogares y el trabajo infantil, y que el trabajo infantil perpetúa la pobreza durante generaciones, dejándolos fuera de la escuela y limitando sus posibilidades de ascender en la escala social. Este reducido capital humano ha sido relacionado con el bajo crecimiento económico y con el escaso desarrollo social. Un reciente estudio de la OIT ha puesto de manifiesto que la erradicación del trabajo infantil en las economías en transición y en desarrollo puede generar beneficios económicos casi siete veces superiores a los costos”.

Cuestionado sobre los problemas que pueden enfrentar los menores en las tiendas de autoservicio, como accidentes de trabajo, el titular de la STC se deslindó del problema al señalar que la responsabilidad recae en los padres que piden el permiso para los menores.

Por último, dijo que no se tienen registradas hasta ahora quejas por problemas laborales entre los menores, ni tampoco se tienen reportados menores que trabajen sin el permiso correspondiente.

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