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Puebla > Salud
miércoles 17 de enero de 2007

MEDICINA E INVESTIGACIÓN

Dolor de espalda

Rafael H. Pagán Santini

Los datos disponibles sobre el dolor lumbar sugieren que la combinación del cuidado médico con la terapia física o con manipulación quiropráctica de la columna vertebral pueden ser moderadamente más efectivas en reducir el dolor y la propia tasa de incapacidad que cuando se utiliza un tratamiento único. La diferencia puede ser el reflejo de la confianza de la persona afectada en el tratamiento prescrito. Esto lo señaló el doctor Eugene J. Carragee en la edición de N.Engl.J.Med. 352;18.

El dolor lumbar o de la espalda baja es un dolor derivado de la columna vertebral y de sus estructuras adyacentes. Puede tener un carácter local o ser referido, esto es que se irradia hacia otras zonas de la espalda. El dolor de origen vertebral es causado por cualquier proceso patológico que ocurra en tejidos provistos de terminaciones nerviosas en esa zona; es constante, sordo, por lo general se agrava con la actividad física, y en cierta medida se alivia con el reposo.

Este dolor se puede derivar de lesiones que comprometen la estructura ósea de la columna vertebral, por cambios en las articulaciones, o más comúnmente, por cambios que ocurren en los tejidos blandos –discos, ligamentos o en los músculos. La inflamación de los músculos paravertebrales o del tejido que los cubre se presenta con espasmo muscular y puede ser de carácter crónico, agudizarse por movimientos inapropiados y se confina a la región lumbar. En general, este tipo de dolor es producido por traumas menores como, por ejemplo, el que se produce al levantar un objeto pesado estando en una posición mecánicamente desfavorable o el producido por una caída o por un movimiento brusco.

La clave para tratar el dolor de la zona lumbar empieza con la decisión de tomar un papel informado y activo para mantener la salud de uno mismo. Su espalda necesita un poco de mantenimiento todos los días, incluso si no le duele. El tratamiento y la terapia son importantes, pero es lo que pueda hacerse a usted mismo cuando no está siguiendo un tratamiento lo que resulta más importante para ayudarle a vivir una vida libre de un dolor recurrente de espalda.

Comience con un diagnóstico adecuado por parte de su quiropráctico o de su médico, asegúrese de que le expliquen que es lo que está mal. Aprenda todo lo que pueda sobre su condición y siga las recomendaciones apropiadas. Auque el dolor se describe como la percepción de algo nocivo, su experiencia es modulada por mecanismos mentales, emocionales y sensitivos. El dolor lumbar puede ser específico o inespecífico y su carácter puede ser agudo o crónico. Sin embargo, entre el dolor lumbar agudo y el crónico hay un salto cualitativo, lo cual repercute en el enfoque de la condición y en su tratamiento.

El Instituto de Educación de la Salud de los Estados Unidos (AIHE) ha distribuido un video de auto ayuda titulado “La solución para la espalda en cinco pasos” y la Asociación Internacional de Ciencias del Deporte (AICD) retomó su contenido y lo adaptó para ser utilizado como una guía práctica en el cuidado de la espalda. Sus recomendaciones son sencillas y fáciles de seguir. Los reseñaremos brevemente.

El primer paso consiste en “apagar el fuego”, reducir la inflamación con antinflamatorios orales y en ponerse hielo. La inflamación normalmente es el resultado de la irritación e hinchazón de las articulaciones, de los nervios o de los tejidos blandos. Cuando use un antinflamatorio interno, usted también debería usar uno externo, uno muy bueno es el hielo, lo mejor son los paquetes de gel flexible congelados, pero una bolsa de hielo picado también funciona bien. La clave para usar la terapia del hielo es estar móvil y flexible. Mientras esté acostado sobre el hielo, acerque las rodillas al pecho y gire las caderas, esto se llama criocinética o “movimiento sobre hielo”.

El segundo paso consiste en mejorar el alineamiento de los segmentos y la movilidad. Los dos problemas mecánicos más comunes que provocan dolor de espalda son un mal alineamiento y la fijación. Un mal alineamiento puede ocurrir como resultado de una lesión, como por ejemplo al resbalarse o al caerse. Si una vértebra se mueve de su posición normal, incluso si es sólo un poco, puede provocar dolor. Las dos causas principales de fijación de las articulaciones vertebrales son el trauma, como cuando uno se tuerce los dedos al coger una bola de beisbol o permanecer en la misma postura estática durante un periodo de tiempo muy prolongado. Los ajustes o manipulaciones quiroprácticas son el mejor método para movilizar la columna.

Un tercer paso es aumentar la flexibilidad muscular. Una vez que las vértebras se han movilizado específicamente es hora de estirar los músculos de la espalda lumbar y los músculos posteriores de muslos. La AICD recomienda cinco ejercicios de estiramiento de dos minutos, porque usted normalmente se va quedando rígido a lo largo de todo el día, debido a la cantidad de tiempo que pasa de pie o sentado, aunque la mejor hora de comenzar los estiramientos es por la mañana, antes de levantarse. Haga unas pocas tracciones de rodillas hacia el pecho y gire la cadera antes de levantarse de la cama y luego tome una ducha caliente.

Tener cuidado con la postura es el cuarto paso para evitar lesiones en la espalda baja. Al estar sentado se incrementa la presión sobre la espalda casi dos veces el peso del cuerpo, la mejor recomendación es no pasa tanto tiempo sentado, tome su tiempo, camine o acuéstese en el suelo y estírese. Mientras estamos de pie durante el día, los músculos de la espalda se fatigan y se cansan, lo que hace que, especialmente al final del día tengamos una tendencia a bajar los hombros o a doblar el cuerpo hacia delante. Esta mala postura supone una carga innecesaria sobre la espalda lumbar porque cuando el peso y el punto de palanca de la mitad superior del cuerpo se doblan hacia delante se coloca una cantidad constante de estrés sobre esta zona de la columna.

El quinto paso: fortalezca su espalda y su abdomen. La espalda está sostenida por los músculos en su parte exterior y por los ligamentos y tendones en el interior, más cerca de los huesos. Hay que hacer entrenamiento específico para fortalecer todos estos tejidos. No olvide los abdominales. Los músculos abdominales proporcionan aproximadamente el 50 por ciento del sostén de la espalda. Una faja o un cinturón no pueden remplazar nunca el fortalecimiento de los abdominales. ¡Es posible prevenir los trastornos de la columna vertebral! Y si padece de dolor de espalda persistente, evite el confinamiento en cama.

Si desea más información sobre esta columna puede escribir al correo electrónico:

[email protected]

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