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Puebla > Política
viernes 15 de diciembre de 2006

OPINIÓN

¿Y dónde quedó la unidad priista?

Carlos Meza Viveros

“En política, lo que parece es”.

Dicho popular.

Hace unos días escribí en algunos medios de la prensa un artículo que titulé “El PRI para los priistas”. En el opúsculo, hice referencia a la inminente necesidad dé que el primer priista del estado, Mario Marín Torres, tome la batuta y de señales a la militancia de que las acciones de unidad y cohesión de las bases y la militancia de nuestro instituto político tienen que transitar con el firme propósito de restaurar las heridas y las inmensas grietas que dejó en el partido la anterior dirigencia estatal.

Expresé que a Valentín Meneses los priistas le habíamos dado un voto de confianza en esta empresa, que no sólo empieza mal, sino que al parecer, a unas cuantas semanas vistas, genera preocupación, porque el objetivo de la tan ansiada unidad no sólo no se dé, sino que se complique cada día más y más.

Hablé de la inclusión a todos los militantes, autocríticos del partido o no, incómodos para la cúpula o no, en suma, abrir las puertas a quienes sentimos un compromiso ideológico con nuestros postulados y los hemos defendido en toda trinchera.

Sin embargo, parece que el líder estatal, a quien considero mi amigo, no lo entiende así y no se ha dado cuenta de que a su lado la burocracia partidista sigue haciendo de las suyas en perjuicio de su imagen.

Para muestra, la reciente comida de la “unidad”, en la que, según trascendió, al ex senador de la República Germán Sierra Sánchez no se le permitió el acceso por la razón de que olvidó llevar consigo la invitación al convivio. ¡Faltaba más!

Esta desatención pudiera parecer menor, pero no lo es; resulta increíble que los colaboradores del presidente de nuestro partido en el estado, encargados de los eventos que se organizan, no conozcan al ex legislador, quien al parecer dio muestras de su malestar, completamente justificado.

Reitero, el Ejecutivo del estado, como líder moral de nuestro instituto político, tiene el deber de llamar a la unidad y evitar que estos dislates y desatenciones se sigan dando como hasta ahora; y que conste, no lo digo por el hecho de no haber sido invitado a ninguno de los eventos organizados por este nuevo y renovado PRI, al que seguiré defendiendo y perteneciendo, pese a los desatinos de quien lo dirige con esta notoria falta de cortesía política.

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