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Puebla > Estado
lunes 30 de octubre de 2006

Descuartizan a lavacoches en Venustiano Carranza; presumen venganza de caciques

Martín Hernández Alcántara

La saña exhibida por el narcotráfico en entidades como Michoacán y Guerrero ya tuvo su réplica en Puebla: el viernes pasado en Venustiano Carranza fueron encontrados en estado de descomposición el tronco y cráneo de un joven que en vida se llamó Jesús Santos de los Ángeles. Sus cuatro extremidades no se localizaron en ese momento, pero ayer domingo uno de sus pies apareció en una cubeta que fue depositada afuera de un domicilio de la junta auxiliar de Villa Lázaro Cárdenas.


La autopsia practicada a la víctima indica que fue mutilada por un experto en anatomía. Hay sospechas sobre uno de los caciques que es médico de profesión / Foto: La Voz de la Sierra

Según analistas y expertos en crimen organizado, la mutilación de cadáveres suele ser un recurso muy socorrido por las bandas de sicarios y cárteles de drogas para enviar mensajes a sus enemigos. Venustiano Carranza es una población ubicada en la Sierra Norte, en los límites con Veracruz, cerca de la carretera México-Tuxpan, que es considerada por la Procuraduría General de la República (PGR) como una ruta del narco.

Sin embargo, la principal línea de investigación seguida por la Procuraduría General de Justicia (PGJ) sobre el asesinato de Jesús Santos de los Ángeles no implica al tráfico de drogas, sino a un escarmiento perpetrado por caciques de la zona que tienen, además, responsabilidades públicas dentro de la dependencia y en un cargo civil subalterno.

Las sospechas apuntan directamente al cacique Héctor Manuel Tovar González, médico de profesión, y a sus hijos Héctor David y Héctor Iván Tovar García, respectivamente edil auxiliar y agente subalterno del Ministerio Público en Villa Lázaro Cárdenas. Ayer trascendió que la PGJ giró órdenes de presentación para los tres y que ya había elementos de la Policía Judicial y otras corporaciones buscándolos. Se temía también que el último se hubiera dado a la fuga.

Por lo pronto, el sábado al filo de las 21 horas fueron detenidos los policías auxiliares de Lázaro Cárdenas, Camilo Cruz Bonilla y Fermín Hernández, a quienes las autoridades trasladaron a Huauchinango para ser interrogados por el representante social.

Trascendió también que los sospechosos del crimen estarían siendo defendidos por Antorcha Campesina, pues el líder de la organización priista en aquella región de la Sierra Norte, Antonio Escamilla Meza, se trasladó este domingo por la mañana hacia Puebla para solicitar la intervención a su favor del secretario de Gobernación, Javier López Zavala, y del subsecretario para Asuntos Políticos, Joe Hernández Corona, pero no obtuvo audiencia.

Dicha versión no pudo ser corroborada porque los responsables de Comunicación Social de los antorchistas tenían apagados sus teléfonos móviles y en las oficinas centrales de la agrupación no había personas autorizadas para dar informes.

Ley del cacique

El 24 de octubre del presente año fue la última vez que Jesús Santos de los Ángeles fue visto con vida. El ciudadano Miguel Ángel Alonso atestiguó cómo un par de policías –probablemente Camilo Cruz Bonilla y Fermín Hernández– y Héctor Iván Tovar García lo subieron a un automóvil Atos gris de modelo reciente. Los parientes del desaparecido iniciaron su búsqueda y pidieron la ayuda de Magaly González, representante de Unidos al Progreso, una organización de gestión social. La activista y los afectados acudieron al Ministerio Público y así se inició la denuncia de hechos 1066/2006.

Desde el principio se sospechó de Héctor Manuel Tovar González y de sus hijos Héctor David y Héctor Iván Tovar García, pues el primero había hostigado a Jesús Santos de los Ángeles y a su hermano por un robo perpetrado a una farmacia propiedad de los Tovar. El ahora occiso y su cosanguíneo trabajaban en un lavado de autos ubicado al lado del comercio de los caciques, y éstos aseguraban que ellos eran los ladrones o al menos sabían quién o quiénes habían consumado el hurto.

El viernes 27 de octubre, alrededor de las 10 de la mañana, en la ribera del río San Marcos, en la junta auxiliar de María Andrea, fueron hallados en estado de descomposición un tronco sin cabeza ni extremidades dentro de una bolsa. Muy cerca de ahí se halló el cráneo en otro saco. La autopsia y el reconocimiento que hicieron los deudos confirmó lo que se temía: los despojos eran de Jesús Santos de los Ángeles, quien vivió apenas 23 años, dejó una viuda y en la orfandad a una pequeña.

El hecho de inmediato causó conmoción no sólo en Villa Lázaro Cárdenas, sino en toda la región. Los reporteros del semanario La Voz de la Sierra, que venían dando seguimiento a la desaparición de la víctima, fueron de los primeros en llegar a la zona de los hechos. Ese medio fue además el único que obtuvo fotos de la autopsia y se convirtió en una de las principales fuentes de información para sus colegas en la capital del estado.

Pasadas las 14 horas de ese mismo viernes, La Jornada de Oriente entrevistó a Magaly González, quien se encontraba en Xicotepec de Juárez y aseguró que minutos antes su esposo había recibido una llamada de Héctor David Tovar García, exigiendo que la activista cejara el apoyo a los familiares del interfecto o de lo contrario se arrepentiría.

González manifestó en ese momento que temía por su vida y por los suyos, pues los Tovar, aseguró, “son capaces de cualquier cosa”.

“No es narco”

Desde la noche del pasado sábado fueron desplazados a Villa Lázaro Cárdenas elementos de la Policía Judicial y Estatal que resguardaron la presidencia subalterna. Principiaron así los rumores acerca de que las corporaciones estaban buscando a los Tovar y que Héctor Iván ya había puesto tierra de por medio para no enfrentarse con la justicia.

La mañana de este domingo, frente a la casa de Magaly González apareció una cubeta con un contenido macabro: un pie calzado en avanzado estado de descomposición. Las conjeturas sobre el origen del despojo apuntaron inmediatamente al cadáver descuartizado y los Tovar.

Este domingo corrieron rumores de que Antorcha Campesina, a través de Antonio Escamilla Meza, estaría intentando proteger a los Tovar, porque esa organización los impuso como autoridades. La estrategia de la organización estaría fijada en acusar a los cuerpos de seguridad de haber sustraído documentación oficial del palacio auxiliar.

Hubo también versiones de que los agentes investigadores ya habían identificado la casa donde supuestamente Jesús Santos de los Ángeles estuvo secuestrado y fue torturado. La autopsia practicada a su tronco indica que las mutilaciones y decapitación las ejecutó una persona que sabe bien de anatomía. En el pueblo se agravaron las sospechas sobre Héctor Manuel Tovar González, el patriarca del clan, médico de profesión.

A decir de las dependencias del gobierno del estado, los homicidas del joven tal vez sólo querían torturarlo, pero se excedieron e intentaron que el asesinato fuera vinculado como un ajuste de cuentas del narco.

Y es que desde le viernes por la tarde, fuentes de la Secretaría de Gobernación y de la PGJ se apresuraron a refutar las especulaciones sobre el homicidio que apuntaban hacia el narcotráfico. No era para menos: apenas una semana atrás, varios medios de comunicación locales divulgaron informes de la Procuraduría General de la República que registraban a Puebla, y especialmente a la zona de Venustiano Carranza y Xicotepec, como rutas de los cárteles de la droga.

De hecho, fuentes de ambas dependencias coincidieron en que Jesús Santos de los Ángeles fue detenido por sus captores en el poblado de Jalpan, el mismo donde a principios de septiembre fue secuestrado y asesinado Teodoro García Madariaga, a quien en un principio se identificó como empresario, pero que al final resultó para la PGJ un hombre que se había enriquecido sospechosamente y quien podría haber estado dedicado a la delincuencia.

Los plagiarios de García Madariaga portaban armas de alto calibre y hasta detonaron una granada de mano en un enfrentamiento con policías. En su huída abandonaron identificaciones y uniformes con las siglas de la Agencia Federal de Investigación. Empero, tanto la Segob como la Procuraduría General de Justicia afirmaron que ambos casos coincidieron por mera casualidad.

Para abonar a las suspicacias, el martes fueron publicadas por el portal econsulta declaraciones del titular de la Secretaría de Seguridad Pública y Vialidad Municipal, Mario Ayón Rodríguez, quien no tuvo empacho en decir que en Puebla las autoridades se preocuparían por las actividades del narcotráfico hasta que hubiera decapitados.

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