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Puebla > Municipio
lunes 29 de mayo de 2006

Abusos y cobros excesivos del Soapap generan revuelta de colonos en El Salvador

Ignacio Juárez Galindo

En El Salvador, una colonia irregular del oriente de la ciudad, la única consigna que existe es “no más abusos” del Sistema Operador de Agua Potable y Alcantarillado de Puebla (Soapap). La gente simplemente se cansó de más de una década de cobros excesivos injustificados, presiones, amenazas y escasez permanente de agua. Se cansaron de no ser escuchados y de tener que soportar a un cacique apoyado por las viejas estructuras del PRI.


Otro problema que generó la ira de los pobladores de El Salvador fue que a sus casas comenzó a llegar agua de color café, con ceniza y un penetrante olor a cloro y jabón. Al percatarse de esa situación decidieron realizar sus propias investigaciones, y se percataron de que presumiblemente el Soapap estaba surtiendo a la colonia con otro tipo de agua que no era del pozo del sitio n Foto: Rafael García Otero

De hecho, dijeron “basta” al cacicazgo de Jacinto Aparicio, un eterno líder seccional del tricolor, quien se ufana de ser protegido de Javier López Zavala, actual secretario de Gobernación estatal, y que durante los últimos 10 años ha tenido un control permanente del pozo de agua y de la colonia. Es por eso que El Salvador se unió con un grupo de colonos de çlamos Vista Hermosa para que fueran constituidos como el municipio 218 de la entidad. Lo hicieron para ver si así alguien les hace caso, si alguien los ayuda a tener agua.

Gabriel Leal, Mariano Vélez Limón, José Herminio Salas y Andrés Vallejo desde el 28 de abril de 2006 forman parte de la Comisión de Agua Potable del municipio autónomo de çlamos Vista Hermosa, y administran el pozo de El Salvador. En entrevista colectiva, reconocen que tras de sí los acompaña más de una década de abusos y negligencia del Soapap; de tener que pagar por un agua que casi nunca tienen, por un servicio obsoleto; de la pésima administración de un pozo de agua y sistema de drenaje que fue construido con el dinero de la gente.

Las causas de la ira

El pasado jueves 25 de mayo, la Secretaría de Gobernación estatal difundió un comunicado de prensa en el que, entre otras cosas, sostenía: “(La dependencia) ha estado en todo momento en diálogo y acuerdos con los inconformes, así como ha trabajado de manera conjunta con personal del Soapap, porque no podemos permitir que se viole le ley, sobre todo cuando ellos (los colonos de El Salvador), ante la presencia de un notario público desde 1993 cedieron el pozo al gobierno del estado bajo la condicionante de que estuviera bien operado y no faltara el líquido, situación que así ha ocurrido”.

A decir de los integrantes de la comisión, el Soapap nunca cumplió con el acuerdo de que el pozo “estuviera bien operado y no faltara el líquido”, y una muestra fehaciente es que ese organismo ha impuesto cobros excesivos, que van de los 3 mil hasta los 60 mil pesos en casas donde no hay siquiera tomas de agua; la tubería instalada en toda la colonia está azolvada; el líquido, cuando tienen la suerte de que llegue a sus casas, es color café y tiene un olor penetrante a cloro y jabón.

De acuerdo con la información proporcionada por Gabriel Leal, Mariano Vélez, Herminio Salas y Andrés Vallejo, fue hace más de una década cuando los colonos de El Salvador, un asentamiento irregular con más de 2 mil 700 lotes, cooperaron para la excavación del pozo de agua y la introducción del drenaje. La obra fue realizada por la propia comunidad a través de faenas. Entre los responsables del comité encargado de la infraestructura estaba Jacinto Aparicio.

El caso es que a los pocos meses los colonos se enteraron de que el pozo había sido otorgado al gobierno del estado, y los requerimientos de pago fueron enviados por el Soapap. No obstante, la incursión de las autoridades estatales no significó una mejoría debido a que desde un principio el pozo fue controlado por Jacinto Aparicio, y el servicio de agua nunca fue regular.

El cobro sin razón

Los años pasaron, apuntaron los entrevistados, y los problemas en el abasto y suministro de agua fueron creciendo, pero eso no significó la ausencia de requerimiento de pago del Soapap. Así pues, año con año, los colonos debieron liquidar sus cuotas anuales por el servicio. Poco a poco, el descontento creció, y las exigencias de los colonos fueron mayores, pero sólo encontraron evasivas, promesas y burlas de las autoridades en turno. En el caso de Jacinto Cuautle, eterno líder de la colonia, siempre los ignoró.

Entre las principales causas que generaron la revuelta de los colonos estaba que a sus casas llegaron requerimientos de pagos de hasta 60 mil pesos por tomas de agua inexistentes. Según la versión de los integrantes del comité de agua de El Salvador, el Soapap realizó una serie de correcciones en el sistema de abastecimiento en la colonia, pero no fueron del todo atinadas, porque había calles en donde había hasta siete válvulas; en otras partes la tubería estaba torcida y en zonas altas de la colonia el líquido ni siquiera llegaba.

El colmo, abundaron, fue de que el Soapap decidió enviar notificaciones de pago a los colonos sin verificar que hubiera un consumo de agua; sólo contaron el número de zaguanes y cortinas de negocios, y así fue como decidieron establecer los cobros. Eso generó la inconformidad de las personas, quienes demandaron una revisión.

Un ejemplo fue la calle Maximino çvila Camacho y 2 Sur, en donde había negocios que no tenían tomas de agua, pero había una exigencia de pago hasta por 60 mil pesos. El propietario de los locales comerciales, aseguraron los dirigentes de la comisión, logró comprobar que no había ningún consumo del líquido, ante lo cual sólo recibió como respuesta: “no hay problema, de todos modos tiene que firmar un convenio para liquidar el pago”.

Otro problema que generó la ira de los pobladores de El Salvador fue que a sus casas comenzó a llegar agua de color café, con ceniza y un penetrante olor a cloro y jabón. Al percatarse de esa situación decidieron realizar sus propias investigaciones, y cayeron en cuenta de que presumiblemente el Soapap estaba surtiendo a la colonia con otro tipo de agua que no era del pozo del sitio. Es más, a la fecha existe la sospecha de los dirigentes de que el líquido del pozo es enviado a otra parte, y a ellos les otorgan agua del acuaférico.

Un grupo de vecinas de El Salvador, quienes no quisieron proporcionar su nombre, explicaron al reportero que anualmente pagan hasta mil pesos por el servicio de agua, pero hay veces en que la escasez tarda varias semanas. Cuando van a quejarse con el Soapap les prometen que enviarán pipas de agua para subsanar el problema, pero eso nunca se cumple.

¡Ya basta!

Gabriel Leal, Mariano Vélez Limón, José Herminio Salas y Andrés Vallejo explicaron que el 28 de abril, después de decenas de peticiones de solución de los problemas al Soapap, decidieron tomar bajo su mando el control del pozo. Fue el 18 de mayo cuando personal de la dependencia acudió al sitio, pero fue expulsado. La Secretaría de Gobernación, de hecho, anunció la semana pasada que existe una denuncia penal contra Guillermo Santibáñez Blanco y René Guillén Reyes, “supuestos alcalde y síndico, respectivamente”, de çlamos Vista Hermosa por haber incitado a los colonos a agredir a los servidores públicos.

Pero los integrantes de la comisión dieron a conocer que raíz de que decidieron administrar el pozo de agua descubrieron que existe una conexión a una casa colindante en donde operan dos tanques para la venta de agua en pipas. Esa vivienda, mencionaron, sería propiedad de varias personas muy cercanas a Jacinto Aparicio.

La versión, corroborada por las vecinas entrevistadas, da cuenta que podría existir un usufructo ilegal del pozo de El Salvador. El problema es el siguiente: la colonia no cuenta con agua potable durante varias semanas, de ahí que tienen la necesidad de pagar hasta 300 pesos por pipa de agua, las cuales serían surtidas con agua del propio pozo de la colonia.

Por si todo esto fuera poco, abundaron los dirigentes de El Salvador, el Soapap les cobra hasta 3 mil pesos por la instalación de cada medidor en sus casas, y cuando un nuevo colono arriba al lugar Jacinto Aparicio le pede un pago adicional al que tiene que hacer ante las autoridades para que tenga acceso al vital líquido.

Andrés Vallejo refirió que decidieron sumarse al movimiento de un grupo de colonos de çlamos Vista Hermosa, que hace unas semanas se declaró municipio autónomo, como una medida política de presión para que el Congreso del estado los reconozca como alcaldía 218 de la entidad, debido a que el decreto de 1943 que dio pie a la creación de la colonia ejidal en çlamos incluía la superficie que hoy se conoce como El Salvador.

De esa forma, dijo, buscan tener el apoyo de alguna autoridad que les ayude a contar con un suministro de agua permanente y un sistema eficiente. En la actualidad, la Comisión de Agua Potable de El Salvador diseña un sistema de abastecimiento que abarque a toda la colonia y áreas aledañas, y pronto lo pondrán a funcionar.

La provocación

Ayer por la mañana, una decena de personas encabezadas por Conrado Jiménez, Jovita del Razo y Macario Morales intentaron tomar las instalaciones de la presidencia municipal autónoma de çlamos Vista Hermosa. René Guillén, quien se ostenta como síndico del lugar, denunció que el primero acudió armado a las oficinas, pero la situación no paso de enfrentamientos verbales. No hubo ninguna persona lesionada ni agresiones físicas.

Guillén afirmó que los “provocadores” son operadores políticos del PRI y el gobierno del estado en çlamos Vista Hermosa.

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