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Puebla > Política
jueves 18 de mayo de 2006

OPINIÓN

Una joven y el PRI en Cholula

Anamaría Ashwell

Bilhi es una jovencita diminuta, casi un pulgarcito, de grandes ojos negros y sonrisa dispuesta. Para deleitarse de su belleza hay que concentrar la mirada en su rostro –como si uno estuviera admirando un cuadro en miniatura– y en los gestos de asombro y alegría, también enojo, que se asoman alrededor de sus labios así como en la cadencia armoniosa con que mueve sus manos y ondula su cuerpo.

Cuando Pro Cholula AC decidió enfrentar las máquinas que talaron los árboles centenarios de la 12 Ote-Pte en el casco histórico de San Pedro Cholula (julio 2005) –por voluntad despótica del gobernador Mario Marín con la anuncia servil del entonces alcalde Juan Pablo Jiménez Concha– ella fue la primera en llegar con su hermano menor de la mano para abrazar un árbol. Nos dijo con convicción: “estos políticos están acabando con mi futuro en Cholula”. Pareció entonces tan pequeñita y frágil deteniendo un árbol centenario que quizás sólo los que conocemos sus convicciones sinceras y su buen corazón comprendimos la fuerza interior inmensa que nutre y agigante su diminuto porte. No nos sorprendió, por eso mismo, cuando recientemente las bases juveniles del PRI en Cholula, con el hijo de Mario Montero a la cabeza, la invitaron a participar en eventos supuestamente a favor de la “promoción del voto”, aunque esos actos en realidad resultarían en meras reuniones sociales patrocinadas por el candidato del PRI a diputado federal Juan Pablo Jiménez y el senador de Mario Montero en un hotel propiedad de Jiménez Concha. Tampoco nos sorprendió cuando sus amigos y compañeros del Celma, del Centro Escolar de Cholula (ella siguió la carrera de Ciencias Humanas de la Universidad Iberoamericana) la escogieron para que sea la oradora principal y expresara por todos la preocupaciones colectivas y de generación de los jóvenes cholultecas. Bilhi así, el 21 de abril, en el hotel Señorial, ante las bases juveniles del PRI, con Juan Pablo Jiménez y Mario Montero presentes en el auditorio, procedió a decirles a todos lo que ella pensaba. Pidió seguidamente y en primer lugar un dialogo crítico de todos los jóvenes con los candidatos a diputados y senadores, después encomió a los jóvenes a ejercer sus derechos a decidir informadamente su voto e hizo hincapié en la inmensa riqueza cultural, la tradición cívica antigua de las comunidades tradicionales y de sus cabildos indios, que legaron independencia y dignidad a los ciudadanos de la Gran Cholula. Les recordó a los políticos presentes que los jóvenes cholultecas están siendo expulsados por falta de empleos en sus comunidades natales; que el patrimonio edificado y ambiental de Cholula sistemáticamente se deteriora; que el agua se acaba en el valle y que la mancha urbana destruye la posibilidad de una vida con arraigo y orgullo. Nos vamos a convertir pronto en un Valle de Chalco, les advirtió mientras los políticos solo miran hacer “obras de relumbrón” con fines de promoción política personal. Promesas huecas y esperanzas que duran sólo el tiempo de campaña y tienen la misma duración que esas relaminaciones de calles, con materiales de ínfima calidad, que publicitan como logros en grandes espectaculares pagados con nuestros impuestos. Les recordó que los cerros captadores de agua en Cholula son hoy botín de fraccionadores y que a los jóvenes solos les espera, si siguen las cosas así, emigrar al “norte” o aceptar sueldos mal renumerados por trabajos indignos.

No sé qué cara –o si tienen cara– pusieron los candidatos Juan Pablo Jiménez Concha, Mario Montero (porque Melquiades Morales, invitado, no asistió) pero ella les agradeció seguidamente sus presencias y cerró su discurso con una invitación “a ser autores de nuestro propio futuro”. Y seguidamente cedió el micrófono a los políticos.

Desde entonces hemos leído en la prensa que Juan Pablo Jiménez promete apoyo a las mujeres y madres solteras; promete también abrir espacios recreativos y deportivos para los niños y jóvenes y dice que hará inversiones dirigidas a los jóvenes cholultecas (Milenio 15 de mayo 06). Él pareciera más bien en una campaña de compra, pagando con unas cuantas cuentas de vidrio y en la rancia tradición clientelar y priista, del voto no crítico de los jóvenes y sin ninguna idea siquiera de lo que le escuchó decir a Bilhis: que los políticos deben afrontar a fondo la realidad social y ambiental de Cholula si habrán de contribuir a un futuro mejor, aquí, para los jóvenes.

El triste paso de Juan Pablo Jiménez Concha por la alcaldía de San Pedro Cholula (prometió en campaña no usar la alcaldía como trampolín de intereses personales y cumplir su tres años) y el triste paso de Mario Montero, como dueño de una Notaría Publica y como diputado y dirigente del PRI sin haber abanderado nunca ni la defensa patrimonial ni la ecológica de Cholula, no pueden convencernos, menos a alguien critica e informada como Bilhis, que ellos como nuestros representantes en el Congreso y el Senado se comprometerán a crear un mejor futuro para los ciudadanos de Cholula.

No tendrán por eso mismo mi voto. El voto de una ciudadana que igual que Bilhis y su familia, ama profundamente la historia y la cultura que enseña la Gran Cholula. Y que cree que los jóvenes cholultecas se merecen un futuro mejor.

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