"Periodismo regional a la medida de su tiempo"

 

Puebla
viernes 17 de febrero de 2006

Cuitlatlán

Otros abusos de Juanito Naked

Fermín Alejandro García

Ayer en este espacio se comentó el tráfico de influencias que ejerce el empresario Hanna Naked Bayeh –implicado en la intriga contra la escritora Lydia Cacho Ribeiro– en el penal de San Miguel. A raíz de dicho escrito, se comunicaron con este tecleador unos ex reos y algunas personas que conocen lo que sucede en esa cárcel para manifestar que me quedé corto en lo que se comentó, ya que este hombre, también conocido como Juanito Naked, ejerce un poder ilimitado en esta prisión que va desde traficar con cuadros que elaboran las internas y prendas de vestir que maquilan los reos hasta con procesos penales.

Una muestra de ese poder, narra una fuente bien informada, es que Juanito Naked o Hanna Naked entra y sale del penal como si estuviera en su casa, ya que no es revisado por los custodios, y si lo hacen, dicha inspección es sin el rigor necesario. Hipotéticamente, este hombre, entonces, puede introducir cualquier objeto al Centro de Readaptación Social de Puebla (Cereso)

Otro personaje importante en el Cereso es Rosa Medina del Moral, una mujer que aparentemente está llena de gracias y es un ejemplo de entrega desinteresada a los presos, ya que en muchas ocasiones entra a este lugar a leer la Biblia y dar confort a los internos que sufren de depresión o culpa por su pasado.

Pero, en realidad, Rosa Medina es una operadora de Naked. Se dice –aclaro, es una especulación– que es ella quien se encarga de convencer a ciertos reos que accedan a que Juanito Naked les ayude en su defensa, ya que él, al tener influencia con los jueces, arregla fácilmente casos que se han complicado o han sido mal llevados por los litigantes de los afectados.

Obviamente, ese favor es a cambio de dinero.

Quienes han visto esta situación sostienen que en ocasiones efectivamente la intervención de Naked resuelve las cosas o en otras las complica.

Una mujer que estuvo en el penal cuenta que Rosa Medina se dedica, entre otras cosas, a recolectar los cuadros y otras manualidades que elaboran las reclusas para tener un ingreso económico.

Les dice que ella no gana nada con esa labor, ya que vende la mercancía al precio que las mismas presas le ponen a sus mercancías.

Pero eso no ocurre así, en realidad, Medina del Moral vende los cuadros y demás objetos al doble o al triple del precio original, quedándose con la mayor parte del dinero y a las internas del Cereso les da la mínima parte. ¿Eso qué es filantropía o intermediarismo? ¿Eso es bondad o aprovecharse de mujeres en desgracia? ¿Es labor social o un atropello? Yo creo que lo segundo de todas estas preguntas.

Ayer se comentó en este espacio que el principal negocio de Naked es que goza del privilegio de poder poner a los presos a realizar labores de corte y deshebrado de tela de mezclilla, misma que luego se utiliza en la confección de prendas de vestir. Se dijo que les paga muy poco a los internos que les da trabajo.

Una persona que estuvo en prisión, enojado, me dijo que en ocasiones no les paga por trabajar la mezclilla, y a quienes protestan, los retiran del taller que Naked tiene en una zona bien acondicionada del Centro de Readaptación Social de Puebla. Y si les paga, es muy poco; les da unos 10 o 20 pesos por día.

Otra dato importante es que el proyecto de montar una maquiladora en la cárcel fue para que funcionara en el área femenil, pero luego de mucho tiempo, un día las internas ya no se aguantaron y protestaron porque eran manoseadas por quienes se presentaban a recoger la materia prima procesada.

Entonces las máquinas que se utilizan para trabajar la mezclilla fueron trasladadas al lado donde están los hombres.

SNTE monitorea el conflicto de Lydia Cacho

Fuentes bien enteradas sostienen que por órdenes la cúpula del SNTE, un grupo de maestros está comisionado para mandar a la dirección nacional de la agrupación, por cuadruplicado, informes, declaraciones de prensa, fotos y periódicos en donde se hable del caso de Lydia Cacho. Además, cada determinado tiempo tienen que reportar las últimas noticias de este asunto.

¿Por qué ese interés? ¿Qué acaso el SNTE intervino en la grabación y filtración de las conversaciones telefónicas entre Mario Marín y el empresario Kamel Nacif? ¿O tal vez la dirigente magisterial Elba Esther Gordillo Morales quiere sacar provecho de este asunto? ¿Tal interés se debe a que Rafael Moreno Valle, delfín de la profesora, podría ser el gobernador sustituto en caso de que se agudice la actual crisis política? Son preguntas que tal vez nunca puedan ser contestadas.

Sara Solís bloqueó a Campa Cifrián

Este miércoles se tenía programada una visita de Roberto Campa Cifrián a las instalaciones de La Jornada de Oriente. La cita era al mediodía. Con mucha anticipación llegó un sargento del Estado Mayor Presidencial a revisar las oficinas del periódico supuestamente para garantizar la seguridad del aspirante presidencial del Panal.

A los pocos minutos de la hora pactada, empezó a sonar insistentemente el teléfono de este tecleador. Eran dirigentes del SNTE, y una reportera llamada Sara Solís para anunciar que el candidato iba retrasado.

Primero pidieron una prórroga de 10 minutos. Luego de 20 minutos. Luego de 30 minutos. De una hora. Finalmente, quienes esperábamos al gris candidato del Panal nos desesperamos y cada quien se fue a hacer cosas más importantes que estar a la espera de un tránsfuga del PRI que obtendrá un pírrica votación en las próximas elecciones.

“Si no quería venir, ¿para qué hace cita?”, nos dijimos molestos.

En realidad, Campa quería llegar a La Jornada de Oriente, quien no quería era Sara Solís, quien, sin ser maestra, trabaja en la sección 23 del SNTE. Creo que cobra como empleada administrativa, pero realiza labores en el área de prensa. Ella modificó la agenda del candidato para que nunca se hiciera presente en las oficinas de este diario.

No es la primera vez que Sara Solís bloquea a La Jornada de Oriente. La semana pasada la ignoró al momento de convocar a una rueda de prensa.

La actitud de Sara Solís no es un capricho personal; se debe a que al secretario general del SNTE 23, Jorge Rodríguez, no le gusta La Jornada de Oriente. Dicen que no la soporta. Ni modo, el sindicato magisterial no es propiedad de este líder charro y quienes laboramos en el diario seguiremos informando, o desinformando, de lo que pasa en esa agrupación gremial. Aunque no le guste a dicho personaje.

 

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